Ambos organismos eclesiales, preocupados por la crisis migratoria, manifestaron solidaridad con los obispos estadounidenses que "históricamente" brindaron siempre su apoyo a los migrantes.
El episcopado difundió un mensaje a la sociedad y a la opinión pública, en el que se compromete a colaborar en el diálogo nacional por la reconciliación, la paz y el estado de derecho.
El Servicio de Migración y Refugiados de la Conferencia Episcopal de ese país ha atendido hasta el momento a cerca de un millón de personas acogidas legalmente por el Gobierno.
También participará en la Asamblea de los patriarcas y obispos católicos del Líbano, y visitará una zona conocida como "las favelas del Mediterráneo".