El director del Departamento de Migraciones desautorizó a quienes piden "una expulsión generalizada" y llamó a las parroquias a propiciar "espacios de encuentro entre migrantes y autóctonos".
El obispo de San Bernardino, al frente de más de 1,5 millones de católicos en California, tomó esta medida tras varias detenciones de inmigrantes en dos instalaciones parroquiales de la región.
"No todos los migrantes indocumentados son delincuentes", manifiesta la Conferencia Episcopal Mexicana en un comunicado ante las redadas de migrantes en la ciudad de Los Ángeles.
Mons. José Horacio Gómez expresó su preocupación por las redadas contra migrantes: "No hay necesidad de aplicar la ley provocando miedo", denunció.