Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa nombra a un delegado especial para los Memores Domini

  • 26 de septiembre, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El arzobispo de Taranto, monseñor Filippo Santoro, asumirá temporalmente el gobierno de la asociación de laicos consagrados de Comunión y Liberación, para custodiar su carisma y preservar su unidad.
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El papa Francisco "teniendo en cuenta la experiencia de los Memores Domini y reconociendo en su carisma una manifestación de la gracia de Dios, dispuso un cambio en la conducción de la Asociación, nombrando como su delegado especial" al arzobispo de Taranto, Filippo Santoro.

"El Delegado especial, a partir del 25 de septiembre de 2021, asumirá temporalmente, ad nutum de la Sede Apostólica, con plenos poderes, el gobierno de la Asociación, con el fin de custodiar su carisma y preservar la unidad de sus miembros. Simultáneamente, caduca el actual gobierno general de la Asociación", comunicó la Santa Sede

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, concluye el comunicado, ha nombrado al padre Gianfranco Ghirlanda SJ asistente pontificio para los asuntos canónicos relacionados con esta asociación.

Memores Domini reúne a personas de la Fraternidad de Comunión y Liberación que siguen una vocación de entrega total a Dios viviendo en el mundo y practicando los consejos evangélicos asumidos como compromiso personal y privado, emitidos en la forma de propósito.

Dos son los factores que se distinguen en su proyecto espiritual: la contemplación, entendida como memoria "tendencialmente continua de Cristo"; y la misión, es decir la pasión de llevar el anuncio cristiano a la vida de los hombres, encontrándolos sobre todo en los lugares de trabajo, que constituye el ámbito normal del testimonio.

Los Memores Domini practican la vida en común y forman casas masculinas y femeninas donde se vive una regla de silencio, de oración personal y comunitaria, de pobreza, de obediencia y de caridad fraterna.

El fin de estas casas es la edificación mutua en la memoria, con vistas a la misión. Los miembros participan juntos, cuatro veces al año, en retiros espirituales y, una vez al año, en un curso de ejercicios espirituales.

Los aspirantes entran a formar parte de una casa después del primer año de prueba y, durante todo el período de la primera formación, que dura al menos cinco años, participan en los encuentros mensuales de formación y en los retiros espirituales dictados a tal propósito.+