Miércoles 24 de abril de 2024

El Papa: Derribar los muros que nos dividen y construir puentes que disminuyan las desigualdades

  • 11 de noviembre, 2016
  • Roma (Italia) (AICA)
"Debemos derribar los muros que nos dividen: intentar que aumente el bienestar y que se difunda más, pero para alcanzar este resultado debemos derribar esos muros y construir puentes que permitan que disminuyan las desigualdades y que aumenten la libertad y los derechos. A mayores derechos, mayor libertad? Lo que queremos es la lucha contra las desigualdades: este es el mayor mal que existe en el mundo", dijo el papa Francisco en una conversación con Eugenio Scalfari, publicada en el diario italiano "La Repubblica".
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"Debemos derribar los muros que nos dividen: intentar que aumente el bienestar y que se difunda más, pero para alcanzar este resultado debemos derribar esos muros y construir puentes que permitan que disminuyan las desigualdades y que aumenten la libertad y los derechos. A mayores derechos, mayor libertad? Lo que queremos es la lucha contra las desigualdades: este es el mayor mal que existe en el mundo", dijo el papa Francisco en una conversación con Eugenio Scalfari, publicada hoy, 9 de noviembre, en el diario italiano "La Repubblica".

Política internacional, inmigrantes, refugiados y movimientos populares, son los temas afrontados en la última entrevista del Santo Padre, que tuvo lugar el pasado 7 de noviembre, en un encuentro de una hora, el papa Francisco respondió a las preguntas del periodista italiano Eugenio Scalfari, fundador del periódico La Repubblica. Se trata de la segunda entrevista que realiza con él, tras la que ya se publicó en octubre de 2013.

Respondiendo a una pregunta sobre Donald Trump, -la entrevista se realizó antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, que dieron vencedor al candidato republicano, contra todos los pronósticos-, el Santo Padre dijo: "Yo no doy juicios sobre personas ni sobre hombres políticos; solo quiero comprender cuáles son los sufrimientos que su manera de proceder provoca en los pobres y en los excluidos".

El Santo Padre, según lo que refirió el periodista italiano, dijo que su mayor preocupación en este momento en el mundo son los prófugos y los migrantes, "en menor medida cristianos, pero esto no cambia la situación para con nosotros, sus sufrimientos y sus malestares; las causas son muchas y nosotros hacemos lo posible para removerlas".

Desgraciadamente, continuó el pontífice, "muchas veces hay medidas que las poblaciones no comparten, pues temen que les quiten el trabajo y que les reduzcan los salarios. El dinero está en contra de los pobres, y también contra los migrantes y contra los refugiados, pero hay pobres en países ricos que temen la llegada de sus semejantes que provienen de países pobres. Es un círculo perverso y debe ser interrumpido. Debemos derribar los muros que nos dividen: intentar que aumente el bienestar y que se difunda más, pero para alcanzar este resultado debemos derribar esos muros y construir puentes que permitan que disminuyan las desigualdades y que aumenten la libertad y los derechos. A mayores derechos, mayor libertad. Lo que queremos es la lucha contra las desigualdades: este es el mayor mal que existe en el mundo. Es el dinero el que las crea y está en contra de esas medidas que tienden a equilibrar el bienestar y favorecer, por lo tanto, la igualdad".

Francisco, según lo que refirió Scalfari, observó que las desigualdades impulsan "el movimiento de muchos pueblos de un país a otro, de un continente a otro. Después de dos, tres o cuatro generaciones, esos pueblos se integran y sus diversidades tienden a desaparecer completamente".

Respondiendo a una pregunta sobre si la igualdad indicada por los cristianos es lo que predica el socialismo o el marxismo, el Papa ironiza que eventualmente "serían los comunistas los que piensan como los cristianos". Cristo ?explicó? habló de una sociedad de los pobres, los débiles, los excluidos" y "no los demagogos, no los Barrabás", de los "que tienen fe en el Dios trascendente o no; son ellos a los que debemos ayudar para obtener la igualdad y la libertad".

En esta misma línea, en otro momento de la entrevista, el Papa indicó que "cuando te elevás al nivel del amor, de su gran belleza y poder" lo único que tratás de vencer son "los sistemas malignos". A las personas que están en esos sistemas "las amás", pero tratas de vencer a ese sistema, porque el "odio por odio intensifica sólo la existencia del odio y del mal en el universo".

Refiriéndose a los Movimientos populares y sobre el papel político que en su opinión deberían asumir, el pontífice afirmó que nunca ha "pensado en guerra y armas. La sangre sí, puede ser derramada, pero serán eventualmente los cristianos los que sean martirizados, como está sucediendo en casi todo el mundo, a manos de los fundamentalistas y terroristas del Estado Islámico, de los carniceros. Esos son horribles, y los cristianos son las víctimas".

El pontífice explicó que "nosotros los cristianos siempre hemos sido mártires, y a pesar de ello, en el curso de los siglos, nuestra fe ha conquistado gran parte del mundo. Claro, hubo guerras apoyadas por la Iglesia en contra de otras religiones y hubo incluso guerras dentro de nuestra religión. La más cruel fue la masacre de San Bartolomé, y desgraciadamente muchas otras parecidas. Pero sucedían cuando las diferentes religiones y la nuestra, a veces incluso más que las otras, anteponían el poder temporal a la fe y a la misericordia".

Francisco observó que los cristianos han "difundido la fe tomando como ejemplo a Jesucristo. Él fue el mártir de mártires y arrojó a la humanidad la semilla de la fe. Pero me cuido mucho ?añadió? de pedir el martirio a quienes se cimienten en una política orientada hacia los pobres, por la igualdad y por la libertad. Esta política es diferente de la fe y son muchos los pobres que no tienen fe. Pero tienen necesidades urgentes y vitales, y nosotros debemos apoyarlos como apoyaríamos a todos los demás. Como podamos y como sepamos".

Para concluir, el Papa respondió a una pregunta sobre los "adversarios dentro de la Iglesia". "Adversarios, adversarios, no diría. La fe nos unifica a todos. Naturalmente cada uno de nosotros, individuos, ve las mismas cosas de manera diferente; el cuadro, objetivamente, es el mismo, pero, subjetivamente, diferente".+