Jueves 18 de abril de 2024

El Papa, a los josefinos: "Sean testigos creíbles del amor de Dios"

  • 17 de marzo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco se reunió con miembros de la Pía Sociedad de San José y destacó algunos rasgos de la vida consagrada consignados por su fundador, San Leonardo Murialdo.
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“Dejémonos amar por Dios para ser testigos creíbles de su amor; dejemos que su amor guíe nuestros afectos, pensamientos y acciones”. Esa invitación a abrirse al amor de Dios que san Leonardo Murialdo dirigió a los hermanos de la congregación que fundó -la Pía Sociedad de San José- vale también hoy, subrayó el Francisco, al recibir en audiencia a los miembros de las familias religiosas que siguen las huellas del santo turinés.

En el día en que los josefinos de san Leonardo celebran el 150° aniversario de su fundación, el Papa recordó que ese santo "no permaneció indiferente" ante la "pobreza moral, cultural y económica" de su tiempo y que -en aquella Turín, que era "el centro de la masonería"- quiso dedicarse a la educación de los jóvenes y sobre todo de los trabajadores, dando vida a "una realidad que, en el curso de un siglo y medio, se ha enriquecido con personas, obras, experiencias culturales diferentes, y sobre todo -observó Francisco- con tanto amor".

En su discurso, el Papa recordó lo que les había esxpresado a los Josefinos el año pasado, con ocasión de la apertura de la celebración de su jubileo: el deseo de que siguieran "creciendo en el 'arte de captar las necesidades de los tiempos y de proveer a ellas con la creatividad del Espíritu Santo'", ante lo que "se necesita discernimiento y fidelidad"; la exhortación a cuidar "especialmente a los más jóvenes" y el estímulo a "no dejar nunca de soñar", siguiendo el ejemplo de san José y san Leonardo.

El pontífice añadió, a continuación, tres aspectos sobre los que reflexionar: "La primacía del amor de Dios, la atención al mundo que cambia y la dulzura paterna de la caridad". Y señaló al respecto que dejarse amar es "esa pasividad de la vida consagrada, que crece en el silencio, en la oración, en la caridad y en el servicio", dejarse guiar por el amor, no por las reglas. También relató la anécdota de un general de la Compañía de Jesús, el padre Ledóchowski, que quiso poner "toda la espiritualidad de los jesuitas en un libro", para "regularlo todo", y de aquel abad benedictino que, al leer el primer ejemplar, dijo que aquel documento había "matado" a la Compañía de Jesús.

“Cuando se quiere regular todo, se enjaula al Espíritu Santo. Y hay muchos -religiosos, consagrados, sacerdotes y obispos- que han enjaulado al Espíritu Santo. Por favor, dejen libertad, dejen creatividad. Caminen siempre guiados por el Espíritu", animó el Papa.

De San Leonardo Murialdo, el Santo Padre destacó luego la sensibilidad respecto de "las necesidades de los hombres y mujeres de su tiempo"; la capacidad de darse cuenta de las penurias de las personas que lo rodeaban; el hecho de haber sido "portavoz de la palabra profética de la Iglesia en un mundo dominado por intereses económicos y de poder, dando voz a los más marginados"; el haber sabido "captar el valor del laicado en la vida y en el apostolado". En definitiva, fue un hombre valiente y abierto al que Francisco pide imitar "juntos, laicos, religiosos y religiosas, en caminos compartidos de oración, discernimiento y trabajo, para ser artesanos de justicia y comunión".

Por último, el tercer aspecto sobre el que el Papa pide meditar es la dulzura paterna de la caridad: “Que la busquen y la vivan entre ustedes, en espíritu de fraternidad, y la ejerzan hacia todos. Sean como María, nuestra Madre: fuertes en el testimonio y dulces en el amor. San Leonardo decía: 'La caridad es mirar y decir lo que hay de bello en cada uno, perdonar de corazón, tener serenidad de rostro, afabilidad, dulzura'. Y para ello hay que saber llevar la cruz. Hace falta oración, hace falta sacrificio.”

Por último, Francisco volvió a citar a san Leonardo Murialdo:"Así como sin fe no se agrada a Dios, sin dulzura no se agrada al prójimo"; para el Papa, un sencillo y poderoso programa de vida y apostolado.+