Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa, a la COP28: '¡Elige la vida, elige el futuro!'

  • 2 de diciembre, 2023
  • Dubai (Emiratos Árabes) (AICA)
El cardenal Pietro Parolin pronunció el discurso del Papa Francisco ante los delegados en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en curso en Dubai (Emiratos Árabel Unidos.)
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“El futuro de todos nosotros depende del presente que ahora elijamos”, exhortó el Papa Francisco, en su mensaje dirigido a los delegados en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28). 

La Cumbre de la ONU de este año se produce después de un año de calor y sequía récords, y presenta un conjunto de temas polémicos para los países que trabajan para encontrar puntos en común para abordar el cambio climático.

En un contundente mensaje, pronunciado en su nombre por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, el Papa dijo a la asamblea de la COP que su presencia en la cumbre sirve para recordarles que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios, un pecado que no es sólo personal sino también estructural, que pone en gran peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables entre nosotros, y amenaza con desatar un conflicto entre generaciones”.

Llamamiento a elegir la vida
El cambio climático, continuó el Papa, es “una cuestión social global e íntimamente relacionada con la dignidad de la vida humana”.

Al respecto, dijo que plantea una pregunta urgente: "¿Estamos trabajando por una cultura de vida o una cultura de muerte?"

“A todos ustedes -añadió- hago este llamamiento de corazón: ¡Escojamos la vida! ¡Elijamos el futuro! ¡Que estemos atentos al clamor de la tierra, que escuchemos la súplica de los pobres! ¡Sed sensibles a las esperanzas de los jóvenes y a los sueños de los niños! Tenemos una grave responsabilidad: garantizar que no se les niegue su futuro”.

Reiterando su llamado urgente a abordar la crisis climática, Francisco atribuyó su causa fundamental al calentamiento excesivo del planeta, impulsado principalmente por los crecientes niveles de gases de efecto invernadero que, dijo, son el resultado de actividades humanas insostenibles.

“El impulso de producir y poseer se ha convertido en una obsesión, resultando en una codicia desmedida, que ha convertido el medio ambiente en objeto de una explotación desenfrenada. El clima, enloquecido, nos pide a gritos que detengamos esta ilusión de omnipotencia", afirmó.

El pontífice llamó a la humanidad a reconocer sus límites “con humildad y valentía”, como único paso hacia una auténtica realización.

Señaló las divisiones que existen entre los seres humanos como el principal obstáculo para este cambio crucial, y dijo que "un mundo completamente conectado, como el nuestro hoy, no debería estar desconectado por quienes lo gobiernan, con negociaciones internacionales que 'no pueden lograr avances significativos, debido a a posiciones adoptadas por países que anteponen sus intereses nacionales al bien común mundial'”.

Haciendo hincapié en la necesidad de superar posiciones inflexibles, instó a centrarse en la responsabilidad colectiva para el futuro: “La tarea a la que estamos llamados hoy no se trata del ayer, sino del mañana: un mañana que, nos guste o no, pertenecerá a todos o a nadie."

Luego, el Papa Francisco rechazó los intentos de echarles la culpa a los pobres y a las altas tasas de natalidad.

“El cambio climático no es culpa de los pobres, ya que casi la mitad de nuestro mundo más necesitada es responsable de apenas el 10% de las emisiones tóxicas, mientras que la brecha entre unos pocos opulentos y las masas de pobres nunca ha sido tan abismal", dijo. 

Impacto de la crisis climática en los pobres
Destacando el impacto desproporcionado de las cuestiones ambientales sobre los pobres, el Santo Padre destacó los dramáticos efectos del cambio climático en los pueblos indígenas, la deforestación, el hambre, la inseguridad hídrica y alimentaria, y la migración forzada.

"Los nacimientos no son un problema, sino un recurso", afirmó, "mientras que ciertos modelos ideológicos y utilitarios que hoy se imponen con guante de seda a las familias y a los pueblos constituyen formas reales de colonización".

Además, el Papa argumentó en contra de penalizar el desarrollo de los países económicamente agobiados, sugiriendo en cambio una reconsideración de la “deuda ecológica” contraída por las naciones más ricas, y pidió un enfoque integral y equitativo para abordar las cuestiones interconectadas del cambio climático, la deuda económica y la justicia social a escala global.

Unidad y multilateralismo
La salida a la actual crisis ambiental, sugirió el Papa, es la de la unión y el multilateralismo , y llamó a una cooperación efectiva en un mundo que se ha vuelto “tan multipolar y al mismo tiempo tan complejo, que no es necesario crear un marco diferente para una cooperación efectiva."

Es inquietante, señaló, que “el calentamiento global haya ido acompañado de un enfriamiento general del multilateralismo y una creciente falta de confianza dentro de la comunidad internacional”, y subrayó el papel crucial de la confianza en la reconstrucción de una colaboración internacional eficaz.

Cuidado de la Creación y de la paz
El Santo Padre llamó la atención sobre la naturaleza interconectada de las cuestiones ambientales y las de la paz, denunciando el desperdicio de energía y recursos de la humanidad en las guerras – “como la de Israel y Palestina, la de Ucrania y las otras, en muchas partes del mundo”-, que exacerban los problemas en lugar de resolverlos.

“¡Cuántos recursos se desperdician en armas que destruyen vidas y devastan nuestra casa común!”, dijo, presentando de nuevo una propuesta ya expresada: "Con el dinero gastado en armas y otros gastos militares, establezcamos un fondo global que pueda finalmente poner fin al hambre, llevar a cabo obras para el desarrollo sostenible de los países más pobres y para luchar contra el cambio climático".

Reiterando la necesidad de un cambio político relacionado con el cambio climático, el Papa Francisco instó a alejarse del estrecho interés propio y del nacionalismo, abogando por una visión alternativa que fomente la conversión ecológica.

Compromiso de la Iglesia Católica
En ese sentido, aseguró el compromiso y apoyo de la Iglesia Católica, que, dijo, “está profundamente comprometida en la labor de educación y de fomento de la participación de todos, así como en la promoción de estilos de vida sanos, ya que todos son responsables y el aporte de cada uno es fundamental”.

Defendiendo la importancia de los cambios culturales y una nueva mentalidad colectiva que trascienda los intereses individuales y nacionales, el Papa dijo: “Que esta COP resulte ser un punto de inflexión, demostrando una voluntad política clara y tangible que pueda conducir a una aceleración decisiva de la transición ecológica”, con medidas eficientes, obligatorias y fácilmente monitoreadas en los sectores de eficiencia energética, fuentes renovables, eliminación de combustibles fósiles y educación en estilos de vida sostenibles.

Llamado a seguir adelante
“Por favor”, rogó el Papa Francisco, “avancemos y no retrocedamos”. Instó a los líderes a no posponer más la acción y señaló la responsabilidad de los formuladores de políticas de elaborar respuestas concretas y cohesivas, para el bienestar de las generaciones actuales y futuras.

Les recordó asimismo que el propósito del poder es servir, y advirtió contra la tentación de aferrarse a una autoridad “que algún día será recordada por su incapacidad para tomar medidas, cuando era urgente y necesario hacerlo”.

E instándolos a fomentar la “buena política”, afirmó que “si un ejemplo de concreción y cohesión viene desde arriba, esto beneficiará a la base, donde muchas personas, especialmente los jóvenes, ya se dedican a cuidar de nuestra casa común”.

Que 2024 marque un gran avance
Para concluir, el Papa Francisco expresó su esperanza de que el año 2024 pueda marcar un gran avance, inspirándose en la experiencia transformadora de san Francisco de Asís, quien compuso su “Cántico de las criaturas” en 1224, una experiencia que lo llevó “a convertir su dolor en los elogios y el cansancio en un compromiso renovado”, lo que también le llevó a resolver un conflicto entre las autoridades civiles y el obispo local.

Invocando ese acontecimiento histórico como símbolo de fraternidad, el Papa Francisco instó a los líderes: “¡A dejar atrás nuestras divisiones y unir nuestras fuerzas! Y, con la ayuda de Dios, salgamos de la noche oscura de las guerras y la devastación ambiental, para hacer de nuestro futuro común el amanecer de un día nuevo y radiante”.+