Jueves 28 de marzo de 2024

El Isis asesinó a un sacerdote y a su padre en una emboscada en Siria

  • 12 de noviembre, 2019
  • Qamishli (Siria) (AICA)
Funeral del sacerdote Hovsep Hanna Petoyan y de su padre Hanna Petoyan, asesinados ayer
Doná a AICA.org

“Para nosotros son mártires. Lo que ha sucedido confirma que la guerra no ha terminado en esta zona, como nos hubiera gustado”, lamentó el arzobispo armenio católicó de Alepo, monseñor Boutros Marayati, durante el funeral del sacerdote Hovsep Hanna Petoyan y de su padre Hanna Petoyan, asesinados ayer, en una emboscada, mientras se dirigían ayer a la ciudad de Deir ez Zor, en el noreste de Siria.



Los dos asesinos los interceptaron en el camino en declaraciones a la Agencia Fides monseñor Boutros Marayati, arzobispo armenio católico de Alepo.



La misa de exequias del sacerdote y su padre se celebró hoy en la Iglesia Católica Armenia de San José, presidida por el padre Antranig Ayvazian, vicario episcopal de la comunidad católica armenia de la Alta Mesopotamia y Siria del Norte, en presencia de sacerdotes, religiosos y fieles de todas las comunidades cristianas presentes en la zona.



El padre Hovsep, de 46 años, casado y padre de tres hijos, ordenado desde hace 5 años, era el sacerdote de la comunidad católica armenia de Qamishli, en la provincia de Hassake, en el noreste de Siria.



“A la ciudad de Qamishli llegaron muchos refugiados cristianos provenientes de Deir ez-Zor cuando a esa ciudad llegó la guerra. El padre Hovsep trabajó con ellos y durante mucho tiempo supervisó los proyectos de ayuda de organizaciones internacionales para reconstruir la iglesia y las casas de los cristianos en Deir ez Zor. Por eso se trasladaba a esa ciudad cada dos semanas, para comprobar cómo iban los trabajos. Ya había ido seis veces a esa ciudad tan querida para los armenios donde se encuentra el santuario de los mártires del genocidio, también destrozado durante el conflicto. No tuvo ningún problema en ninguno de los otros viajes”, explicó a Fides el obispo Marayati.



En el momento de la emboscada, el sacerdote y su padre viajaban con un diácono armenio, herido durante el asalto, y otro compañero. Los dos atacantes iban con la cara tapada y huyeron después del ataque. El padre del sacerdote murió al instante. El padre Hovsep, herido en el pecho, fue llevado a una clínica en Deir ez Zor y luego trasladado en ambulancia a un hospital en Hassakè, donde ya llegó sin vida.



La ciudad de Deir ez Zor está controlada por el ejército sirio, pero en la zona también hay fuerzas kurdas y aún operan militares estadounidenses. En el subdistrito de al-Busayrah, donde ocurrió la emboscada, también se concentran grupos armados afiliados al autodenominado Estado Islámico (Daesh), que ayer reivindicó el doble asesinato por Internet (aseguraban erróneamente “haber eliminado a dos sacerdotes”).



“Estos son grupos que actúan como lobos solitarios, ya no hay Daesh con vehículos blindados y artillería. Pero está claro que esta vez no atacaron al azar. El vehículo en el que viajaban llevaba escrito en el exterior que pertenecía a la Iglesia Armenia”, dijo monseñor Marayati.



La televisión estatal siria SANA calificó el asesinato del sacerdote armenio católico y de su padre como “martirio”, mientras que los medios kurdos hablan de nuevos ataques del Daesh como consecuencia indirecta de la intervención militar turca en Siria, que habría obligado a las milicias kurdas de la zona a suspender las operaciones militares contra las células yihadistas que todavía están presentes en el noreste de Siria.



Según los kurdos del Centro de Información de Rojava, los yihadistas de Daesh presuntamente llevaron a cabo 30 ataques en los primeros diez días de noviembre, aumentando así su actividad reciente hasta en un 300 por cien en comparación con el período anterior a la invasión turca en territorio sirio.



Dos coches bomba en Qamishli, uno cerca de una iglesia caldea

También en la tarde de ayer, lunes 11 de noviembre, en la ciudad de Qamishli, en el noreste del país, explotaron dos coches bomba, uno de los cuales habría explotado cerca de una iglesia caldea. El saldo provisorio es de 6 muertos y 22 heridos. Este último ataque aún no ha sido reivindicado, pero muchos identifican el "modus operandi" del Estado islámico, ahora guiado por su nuevo líder Abu Ibrahim. Fuentes de Qamishli dicen que la zona no se caracteriza por ser un barrio cristiano, y que actualmente no hay indicios de que el ataque, llevado a cabo con dos coches bomba, tuviera como objetivo el lugar de culto caldeo. +