Jueves 21 de noviembre de 2024

El Bien Común siempre es la prioridad, recordó el Papa a empresarios franceses

  • 7 de enero, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Los sistemas económicos y financieros a menudo se burlan de la justicia social y la caridad", advirtió el Papa a los empresarios, reunidos en Roma en peregrinación.
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El papa Francisco recibió esta mañana, en la Sala Clementina a un grupo de empresarios de Francia, reunidos en Roma para una peregrinación encabezada por el obispo de Fréjus-Toulon, monseñor Dominique Rey, para reflexionar sobre el tema del bien Común.

Francisco habló al corazón y la conciencia de los emprendedores, a los que pide que desempeñen su papel de liderazgo "según el corazón de Dios", es decir, con la mirada fija en la realidad y sin olvidar que el ejercicio de la autoridad corresponde al servicio.

La peregrinación a Roma es "hermosa y valiente", observó el Papa, porque es la demostración de que en el mundo de hoy, a menudo marcado por el individualismo, la indiferencia, la marginación de las personas más vulnerables, algunos líderes "tienen en corazón al servicio de todos y no solo de intereses privados o círculos restringidos". 

El Bien Común es determinante
Sin duda, señaló el pontífice, esto representa "un desafío", así como "un motivo de preocupación" en el contexto de las responsabilidades profesionales.

El bien común es ciertamente un elemento determinante de su discernimiento y de sus elecciones como líderes, pero debe afrontar las obligaciones que imponen los sistemas económicos y financieros actualmente vigentes, que muchas veces se burlan de los principios evangélicos de la justicia social y la caridad.

“Me imagino -dijo Francisco- que, por momentos, tu función te pesa, que tu conciencia entra en conflicto cuando el ideal de justicia y el bien común que te imaginas alcanzar no se puede realizar, y que la dura realidad se presenta ante ustedes como una falta, un fracaso, un remordimiento, un susto”. Es importante superar esto y vivirlo con fe, para perseverar y no desanimarse. Como María que, ante el escándalo de un pesebre pobre y húmedo, no se desanimó ni se rebeló". El Papa instó a los empresarios franceses a "custodiar", que en la práctica significa "recibir con humildad a pesar de la oscuridad, las cosas que son difíciles de aceptar, que no queríamos, o que no pudimos evitar”. 

También significa "no tratar de disfrazar o maquillar la vida, para escapar de las responsabilidades". Y significa meditar en oración, y luego unificar las cosas buenas y malas de las que está hecha la vida, para entender mejor su relación y sentido en la perspectiva de Dios".

Con "olor a oveja"
El Santo Padre propuso entonces a los empresarios un segundo binomio, "autoridad y servicio", siguiendo el modelo de Jesús "que sabe ir delante del rebaño para mostrar el camino, sabe estar entre el rebaño para ver qué pasa allí y también sabe quedarse atrás, para que nadie pierda el contacto”. 

Vuelve la conocida invitación dirigida a sacerdotes y obispos al inicio del pontificado: tener "olor a oveja", es decir, "sumergirse en la realidad de sus encomendados, conocerlos, estar cerca de ellos". El mismo consejo se aplica a quienes están al frente de un negocio o empresa.

“Los animo a estar cerca de quienes colaboran con ustedes en todos los niveles: a interesarse por su vida, a tomar conciencia de sus dificultades, sufrimientos, angustias, pero también de sus alegrías, proyectos y esperanzas.

"El ejercicio de la autoridad como servicio requiere compartirla", remarcó el Papa. "Están invitados a poner en marcha la subsidiariedad con la que se valora la autonomía y la capacidad de iniciativa de todos, especialmente de los más pequeños", porque todas las partes de un cuerpo son necesarias, incluso los que parecen "más débiles y menos importantes". 

Incluso si el ejercicio de la autoridad requiere tomar decisiones valientes y, a veces, en primera persona, la subsidiariedad permite que todos den lo mejor de sí mismos, se sientan involucrados, carguen con su parte de responsabilidad y contribuyan así al bien de todos.

De ahí el estímulo a "mantener la mirada fija en Jesucristo con el ofrecimiento del trabajo diario y no dudar en invocar al Espíritu Santo para guiar sus elecciones".+