Jueves 1 de mayo de 2025

Día del Trabajador: la Acción Católica recuerda las enseñanzas sociales de Francisco

  • 1 de mayo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El Área de Sectores expresa su preocupación por el problema "gravísimo" de la desocupación y, en tiempos "difíciles" para el país, confía a quienes tienen empleo y buscan trabajo a san José Obrero.
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La Comisión Nacional de Sectores, de la Acción Católica Argentina, tituló "El valor principal del trabajo es el bien de la persona humana" una declaración por el Día Internacional del Trabajador y con esa frase del papa Francisco hizo memoria agradecida por su vida y su servicio de pastor "enfocado en los más necesitados, en los migrantes y en los descartados de la sociedad". 

"Con el recuerdo vivo de su palabra, queremos volver a afirmar que 'el valor principal del trabajo es el bien de la persona humana, porque la realiza como tal, con sus actitudes y capacidades intelectivas, creativas y manuales. De aquí deriva que el trabajo no tiene solamente una finalidad económica y de ganancia, sino sobre todo una finalidad que implica al hombre y su dignidad'", citó.

"Siguiendo su sensibilidad pastoral frente al gravísimo problema de la desocupación que afecta tantos países, nos preocupa una economía que mata, centrada en el dios dinero, y "como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar", agregó.

Texto de la declaración
"El valor principal del trabajo es el bien de la persona humana" Papa Francisco La conmemoración del Día Internacional del Trabajador nos encuentra como pueblo transitando la pascua de nuestro querido papa Francisco. Todavía con el corazón dolido por su partida, pero con memoria agradecida por su vida y su servicio de pastor, enfocado sobre todo en los más necesitados, en los migrantes y en los descartados de la sociedad. 

Queremos recordar sus enseñanzas sociales acerca del trabajo, que constituyó para su magisterio un eje vertebrador de dignidad. Por ello, ante la difícil coyuntura que seguimos atravesando, a pesar de algunos índices que mejoran, queremos aquilatar su prédica para animar la proyección social de nuestra fe y contribuir a la transformación del mundo, construyendo una patria justa, fraterna y solidaria.

Con el recuerdo vivo de su palabra, queremos volver a afirmar que "el valor principal del trabajo es el bien de la persona humana, porque la realiza como tal, con sus actitudes y capacidades intelectivas, creativas y manuales. De aquí deriva que el trabajo no tiene solamente una finalidad económica y de ganancia, sino sobre todo una finalidad que implica al hombre y su dignidad". (Discurso a los dirigentes y obreros de las fábricas de acero de Terni, marzo 2014). 

Siguiendo su sensibilidad pastoral frente al gravísimo problema de la desocupación que afecta tantos países, nos preocupa una economía que mata, centrada en el dios dinero, y "como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar". 

Resuena en nosotros su voz profética señalando "la cultura del "descarte"", actualizando la lectura de Rerum Novarum con los signos de los tiempos, porque "ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son "explotados" sino desechos, "sobrantes". (EG, 53). 

Por eso, "ante el actual desarrollo de la economía y la dificultad que atraviesa la actividad laboral, es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos. El trabajo, en efecto, concierne directamente a la persona, su vida, su libertad y su felicidad". (Marzo 2014). 

Ante un nuevo Día del Trabajador, fiesta de San José Obrero, reciba cada uno de los trabajadores y trabajadoras, el aliento "de la esperanza que no defrauda" en la que creyó y nos guió el Papa Francisco, invitándonos a no dejar "jamás de esperar en un futuro mejor" y luchar por esto, sin dejarnos "atrapar por el vórtice del pesimismo, ¡por favor!". 

Acojamos sus enseñanzas, que "si cada uno hace lo que le corresponde, si todos ponen siempre en el centro a la persona humana, no el dinero, con su dignidad, si se consolida una actitud de solidaridad y compartir fraterno, inspirada en el Evangelio, se podrá salir del pantano de una estación económica y laboral ardua y difícil". (Marzo 2014). 

Como Área Nacional de Sectores, ofrecemos nuestro compromiso en la búsqueda de que germine lo mejor de cada persona en cada realidad particular, y confiamos a cada trabajador, trabajadora, a quienes buscan trabajo y a sus familias a San José Obrero y pedimos su intercesión en estos tiempos difíciles de nuestro país. Nuestra Madre de Luján, nos acompañe.+