Viernes 26 de abril de 2024

Cáritas Irak: Más de un millón de personas huyeron de sus hogares

  • 26 de agosto, 2014
  • Bagdad (Irak) (AICA)
Cáritas Irak, por medio de su director ejecutivo, Nabil Nissan, difundió un nuevo mensaje apelando a la comunidad internacional para que frene cuanto antes la violencia y el terrorismo que azota al país. Más de un millón de personas huyeron de sus hogares en Irak septentrional y central a medida que los extremistas musulmanes sunitas del autodenominado Estado Islámico (EI) ocuparon áreas enteras de la región. "Es necesario que todo el mundo actúe junto con el Gobierno y el pueblo de Irak y las organizaciones internacionales para adoptar una postura firme contra esta catástrofe. Es una crisis donde la característica dominante es una violencia que quiere convertirlo todo en una selva", expresa el mensaje de Cáritas Irak.
Doná a AICA.org
Cáritas Irak, por medio de su director ejecutivo, Nabil Nissan, difundió un nuevo mensaje apelando a la comunidad internacional para que frene cuanto antes la violencia y el terrorismo que azota al país.

Más de un millón de personas huyeron de sus hogares en Irak septentrional y central a medida que los extremistas musulmanes sunitas del autodenominado Estado Islámico (EI) ocuparon áreas enteras de la región.

Muchos de quienes han huido son cristianos, yazidíes y musulmanes chiítas, comunidades especialmente señalados por los ataques yihadistas.

El conflicto ha provocado al cierre de los centros de Cáritas Iraq en Qaraqosh, Bartilla y Alqosh. Muchos de los empleados de la Cáritas local están ahora en Erbil, donde están distribuyendo ayuda de emergencia a los desplazados que se instalaron de manera temporal en iglesias y otros centros de acogida.

Además, la red Cáritas comenzó a proveer asistencia en Dohuk y Zajo, cerca de las fronteras con Turquía y Siria, donde se asentaron cientos de miles de personas pertenecientes a las comunidades cristianas y yasidíes.


Texto del mensaje del director ejecutivo de Cáritas Irak

"Esta enorme crisis humanitaria en Irak obligó a muchas familias a abandonar sus propiedades y los medios básicos para sobrevivir. Están desesperados y frustrados. Piensan que el mundo no se está movilizando con la suficiente rapidez para poner fin a esta tragedia humana.

Después de que los grupos extremistas asaltaran sus ciudades, las familias, incluyendo el personal local de Cáritas, no tuvieron otra alternativa que huir para poner a salvo sus vidas.

Algunas se dirigieron a la región del Kurdistán, donde tuvieron que esperar hasta 8 horas en los puestos de control debido a la superpoblación de la zona.

Esta es la primera vez que el personal de Cáritas Irak tuvo que abandonar su misión humanitaria y su trabajo cotidiano con los más pobres. Es algo que nos produce un intenso dolor.

Miles de familias viven al aire libre en parques, en edificios sin terminar, en iglesias o en escuelas. Tienen que soportar las altas temperaturas del verano y carecen de recursos. Su necesidad más urgente es un refugio.

Cáritas Irak está recibiendo un gran apoyo, incluido el de los voluntarios que trabajan en el terreno. En estos momentos, estamos proporcionando alimentos, atención sanitaria y ayuda de primera necesidad a 7.000 familias.

Estamos trabajando con las parroquias para poder llegar a los desplazados en lugares como en Ain Kawa, Zakho, Dohuk y las aldeas circundantes. El apoyo moral y financiero que estamos recibiendo es inmenso.

Este es uno de los pocos resultados positivos de esta crisis. Sentimos que no estamos solos y esto nos está dando nuevas fuerzas para apoyar a los desplazados, a pesar de todas las dificultades.

Esperamos que la situación no empeore, porque confiamos en que la comunidad internacional y el ejército de peshmergas del Kurdistán destacado en Erbil no permitirán que esto ocurra.

Este es el momento en el que es necesario reflexionar sobre lo que está pasando. Estamos ante el comienzo de una tendencia negativa en la hasta ahora coexistencia pacífica, con un impacto adverso a largo plazo que supondrá el final del pluralismo y la pérdida de confianza entre los diferentes grupos en el país.

Es necesario que todo el mundo actúe junto con el Gobierno y el pueblo de Irak y las organizaciones internacionales para adoptar una postura firme contra esta catástrofe. Es una crisis donde la característica dominante es una violencia que quiere convertirlo todo en una selva.

La comunidad internacional debe detener el suministro de armas a los militantes del Estado Islámico. Todos deben sumar sus esfuerzos para hacer frente de manera más firme a la violencia y el terrorismo. Y afrontar esta cuestión es ahora más urgente que prestar ayuda a las personas que están huyendo de los extremistas".+