Miércoles 30 de octubre de 2024

Costa Rica: preocupación de los obispos por el aumento de la violencia

  • 2 de julio, 2024
  • San José (Costa Rica) (AICA)
En un mensaje al país, el Episcopado costarricense advierte de la gravedad del problema que, "dolorosamente, tiende a extenderse" y llama a "no naturalizarlo ni aceptar que sea inevitable".
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La Conferencia Episcopal de Costa Rica (Cecor) dirige un mensaje al país, en el que expresa su preocupación por el aumento de la violencia y los efectos del narcotráfico en el país, que hasta hace unos años estaba entre los más seguros del continente.

"Miramos con dolor -escriben los obispos-la gran cantidad de asesinatos que se han acumulado, muchos de los cuales involucran a jóvenes, vinculados al narcotráfico o al crimen organizado. La perversidad y la capacidad organizativa con la que se perpetran están empeorando. Existe una alta persistencia de casos de violencia dentro del hogar, donde las principales víctimas son mujeres, niños y ancianos". 

"A esto -añaden- se suma la violencia en las escuelas, los lugares de trabajo, en las calles y en muchos otros contextos."

"Como Iglesia, somos conscientes de la gravedad de este problema que, dolorosamente, tiende a extenderse en el tiempo y en muchas direcciones, y por eso nos sumamos a la búsqueda de caminos de unidad y paz para afrontar este problema", se lee en el mensaje.

Los obispos señalan que los factores implicados en la violencia son múltiples: "No está distribuido equitativamente, ni social ni geográficamente. Se concentra especialmente allí donde la vulnerabilidad expone a las personas a una mayor afluencia de factores nocivos". Ante este panorama, según la Cecor, ha llegado el momento de preguntarse: "¿Queremos normalizar los actos de violencia, aceptando que son inevitables?, ¿queremos seguir aceptando que el dolor de muchos hermanos y hermanas se reduce a meras estadísticas o a un espectáculo mediático?" 

Al mismo tiempo, los prelados destacan que, "en nuestras comunidades, hay grandes muestras de bondad, bondad y solidaridad, que contrastan con tanto dolor. Creyentes y no creyentes queremos condiciones sociales que nos permitan vivir con dignidad y libertad, vivir sin miedo".

"Exhortamos, concluye el mensaje, una vez más, a los funcionarios públicos de todas las instituciones de la República a no escatimar esfuerzos para tomar las medidas adecuadas y abordar en profundidad este urgente problema".+