Viernes 26 de abril de 2024

Con Santa María del Yguazú, los misioneros rezaron por la Patria y las familias

  • 18 de agosto, 2014
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
Cientos de fieles de Iguazú y otras ciudades del norte misionero se sumaron a la primera procesión náutica en honor de Santa María del Yguazú, cuya imagen este domingo 17 de agosto bajó por el río para bendecir a todos sus hijos. El obispo diocesano, monseñor Marcelo Martorell, hizo una encendida prédica a favor de la Patria y de las familais.
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Cientos de fieles de Iguazú y otras ciudades del norte misionero se sumaron a la primera procesión náutica en honor de Santa María del Yguazú, cuya imagen este domingo 17 de agosto bajó por el río para bendecir a sus hijos.

Un número considerable de fieles se concentró cerca del mediodía en el puerto de la ciudad para esperar la llegada de la procesión de embarcaciones que escoltaban a la sagrada imagen mariana. Una vez recibida en tierra, los fieles acompañaron en procesión su paso hasta la explanada de la catedral, donde el obispo diocesano, monseñor Marcelo Martorell, presidió la misa.

En su homilía, el obispo invitó a reconocer a María como la gran intercesora de los hombres ante Dios. "Jamás se ha oído decir que quien haya puesto sus necesidades en manos de María haya sido defraudado, y en estos momentos en que las necesidades de nuestra Patria son grandes, porque son grandes las dificultades que atravesamos no sólo en orden a lo económico, sino también en orden a lo moral, -lo que toca indefectiblemente al orden familiar- es que venimos a suplicarle que Ella como madre del Señor y madre nuestra no abandone a su Pueblo".

El obispo se refirió en su homilía a la degradación moral que ciertas leyes han producido. Expresó que "todos sabemos que se han introducido leyes y elementos jurídicos que tocan el orden moral y en algunos casos lo más serio de nuestras costumbres y de nuestra cultura cristiana, sobre cuyos fundamentos nació y creció nuestra Patria", y alentó a "cuidar que muchas leyes vigentes no afecten a los hogares y las familias".

"Nos urge rezar por ello, por la unidad de la familia y el respeto a la vida familiar, por la justicia, la inclusión social, la paz y el respeto por la profesión de la fe cristiana", insistió el obispo.

Junto con el Papa, monseñor Martorell invitó a elevar una insistente súplica al Señor para que otorgue a los hombres el don de la paz, y en este sentido, puntualizó que la paz "se genera y se cultiva desde el corazón de nuestros hogares y escuelas".

"Debemos construir la conciencia de la paz y de la tolerancia en el corazón de nuestros niños y jóvenes. Es por ello, mis hermanos, que debemos profundizar nuestra fe que nos lleva a amar no sólo a nuestro Señor, sino también y fundamentalmente a nuestros hermanos, nos enseña profesar la paz y a vivir la justicia, a cuidar de la inclusión de todos nuestros hermanos en una sociedad más justa y equitativa", expresó el obispo.

Monseñor Martorell invitó a reconocer que, en medio de las dificultades de la vida, Dios no abandona a sus hijos. "Nunca dejaremos de sufrir, no nos engañemos -observó-, es por eso la promesa del Señor. El mandamiento de su amor vivido hará de nosotros y de nuestras vidas, vidas de paz y de amor que se transforman en obras que no pasan, en obras de la caridad".

"Estamos siempre llamados por el Señor a crecer, en la dignidad del trabajo cotidiano, el respeto a nuestros hermanos, en la paz y la práctica de la justicia, aborreciendo todo lo que sea corrupción y engaño.

Amar a Dios y crecer en familia eso nos hace bien y nos ayuda a tener mayor dignidad y a ser más humanos y mejores hijos de Dios. Que la Virgen Madre del Iguazú nos ayude en la búsqueda de los auténticos valores de la vida cristiana, auxilie nuestras familias, las proteja en el amor y nos ayude a conseguir el pan cotidiano", fue el mensaje del obispo al concluir su predicación.+

Texto completo de la homilía