Card. Rossi: 'La generosidad no depende de lo que se tiene sino del corazón'
- 12 de noviembre, 2024
- Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba animó a disponer el corazón a la generosidad, y a no "quedar atrapados en las apariencias ni vivir nosotros de las apariencias, sino saber mirar el corazón".
El arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ, presidió la misa dominical en la capilla Santa Teresita de esa arquidiócesis. En su homilía, destacó dos enseñanzas tomadas de las Escrituras.
"La primera es que Dios no se deja ganar en generosidad, Dios bendice", planteó, refiriéndose a la imagen de la viuda que recibe al profeta Elías. "Aquí, el motivo que habría justificado ampliamente la no hospitalidad era su situación de extrema pobreza. Pero, a pesar de eso, le hace caso a Elías y lo atiende, confiando en que Dios proveerá, y dice la Escritura que no se acabó la harina ni se agotó el aceite", sostuvo.
Citando a san Ambrosio, añadió que "Dios no mira solo lo que damos, sino que también mira lo que nos reservamos. Si no tenés cosas, tenés el corazón, y cada uno puede tomar de él lo que quiera. El corazón crece dando. Y es que la generosidad, la hospitalidad, no dependen de lo que se tiene -poco o mucho-, sino del corazón".
Y, respecto de la segunda enseñanza, expresó: "Dios no mira las apariencias, sino que mira el corazón. Los escribas, los fariseos, le cuestionan a Jesús que coma con los pecadores, que no ayunen sus discípulos; en fin, son esclavos de la apariencia".
"Frente a esta opción por la apariencia, por lo exterior, por el reconocimiento de los demás, como solemos decir nosotros, 'el caretaje', frente a eso, Dios mira el corazón, no la apariencia", planteó, y consideró sobre la viuda del Evangelio: "Si miramos la donación, fue mezquina; sin embargo, es la que más dio, dice el Señor, porque dio lo que tenía para vivir y, de alguna manera, al dar lo que tenía para vivir, daba su vida"
El prelado también se refirió a la expresión "dar hasta que duela", de la Madre Teresa de Calcuta, y aseveró: "La caridad es cuando al dar nos duele, cuando perdemos, cuando al dar no nos quedamos con algo que de alguna manera necesitamos".
"Esas son las dos gracias que hoy día especialmente podemos pedirle al Señor: la gracia de saber que Dios no se deja ganar en generosidad y la gracia de que el Señor nos libre de vivir de las apariencias. Que nos enseñe también a nosotros a tener esa mirada que no ve la apariencia, sino que ve el corazón", resumió.
Y reflexionó: "Hay tantos gestos nuestros tan sencillos, que pueden hasta pasar desapercibidos y, sin embargo, son los que el Señor dice: 'Por aquí pasa la cosa'. Esto es ser cristiano, disponer el corazón a la generosidad y que el Señor nos ayude a entrar en la escuela de su mirada, que no es quedar atrapados en las apariencias ni vivir nosotros de las apariencias, sino saber mirar el corazón".+