Año Jubilar: Mons. Puiggari espera 'muchos frutos de conversión y santidad'

El arzobispo de Paraná realizó la apertura del Jubileo de la Esperanza en la catedral Nuestra Señora del Rosario. En la previa, hubo una procesión desde la parroquia San Miguel Arcángel.

Con una procesión que partió desde la parroquia San Miguel Arcángel y finalizó en la catedral Nuestra Señora del Rosario, donde monseñor Juan Alberto Puiggari presidió la misa, la comunidad participó el 29 de diciembre de la apertura del Año Santo en la arquidiócesis de Paraná.

En la homilía, monseñor Puiggari destacó que "la característica propia de este año, es la esperanza, que constituye el mensaje central del próximo Jubileo, que según una antigua tradición el Papa convoca cada 25 años".

 

"La esperanza no cede ante las dificultades: porque se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, y de este modo hace posible que sigamos adelante en la vida. Uno de los frutos o manifestaciones de la esperanza es la paciencia, que nos invita esperar los tiempos de Dios y no las urgencias de los hombres", planteó.

El arzobispo paranaense advirtió que "la no esperanza y la desesperanza se ha convertido para muchos de nuestros hermanos en motivo de angustia y sin sentido de la vida" y profundizó: "Es la consecuencia de un mundo vacío de eternidad y en mundo futuro que no cuenta. Por amor a ellos tenemos que ser testigos y peregrinos de la esperanza".

"La esperanza no es anuncio superficial de tiempos fáciles, al contrario, es descubrir al Señor en los momentos difíciles: No es evadirse por comodidad o por miedo de las responsabilidades presentes; es asumir con responsabilidad la misión... es confianza, camino, compromiso, coraje... es coraje de superar las dificultades... no nos cansemos, sigamos anunciando la esperanza", pidió citando al beato Eduardo Pironio.

Monseñor Puiggari señaló que el Papa Francisco enumera algunos signos de los tiempos que deben ser transformados en signos de esperanza y puntualizó que el pontífice nos invita a ser "signos de esperanza para grupos de personas que viven situaciones de abandono y desesperanza: presos, enfermos que están en sus casas o en los hospitales, jóvenes, migrantes, ancianos y "millares de pobres, que carecen con frecuencia de lo necesario para vivir".

"Le pedimos a la Virgen, mujer de la esperanza, que nos ayude a sacar muchos frutos de conversión y santidad en este Año Jubilar que estamos empezando y que le pida a su Hijo para toda la Iglesia un aumento de la fe, la esperanza y la caridad y un alegre y confiado gozo", concluyó.+