El bombardeo aéreo impactó en uno de los edificios del complejo de la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, donde se refugiaban cristianos desplazados. Reportaron al menos 16 personas muertas.
El futuro cardenal Pierbattista Pizzaballa consideró así la visita del presidente israelí, Isaac Herzog, al monasterio Stella Maris, objeto de agresiones por parte de grupos extremistas judíos.
Al recibir a miembros de la "Amitié Judéo-Chrétienne" de Francia, con motivo de su 75° aniversario, exhortó a persistir en ese rumbo "incluso con el preocupante resurgimiento del antisemitismo".
Los nuevos datos de la Oficina de Estadísticas nacionales de Gran Bretaña muestran que solo el 46 % de la población se autodenomina "cristiana" y más de un tercio dice ahora no tener religión alguna.