"Tratan de curar no solamente las heridas físicas, sino las heridas del alma a veces ligadas a la injusticia, a la discriminación, al rechazo, a la soledad", destacó el arzobispo de Buenos Aires.
En su homilía semanal, el arzobispo de Mendoza instó a ser como un buen samaritano "capaces de amarnos y de detenernos siempre que nos necesiten" y destacó el valor de la encíclica Fratelli tutti.
El Papa presidió su primera misa en una parroquia de allí, donde reflexionó sobre el buen samaritano y recordó que "prójimo" es todo aquel que encontramos en el camino de la vida, sin distinción.
El arzobispo emérito de Corrientes recordó que "el buen samaritano es el modelo propuesto por Jesús, que Él mismo encarna con absoluta fidelidad".