El escudo del arzobispo electo de Buenos Aires incluye la cruz, el báculo, la tierra, el techo de chapa y la estrella. También su lema episcopal: "No apartes tu rostro del pobre".
El administrador diocesano de Río Gallegos llamó a ser discípulos misioneros sembradores, estar al lado de los que sufren y trabajar en equipo para ser la Iglesia en salida que propone Jesús.
El administrador apostólico de Buenos Aires, desde el atrio de la catedral porteña, presidió la celebración y la procesión de Corpus Christi por última vez antes de la sucesión arzobispal.
El purpurado porteño dio gracias a la comunidad arquidiocesana, que lo despidió con mensajes de un laico, una consagrada, un sacerdote y un obispo. Le obsequiaron una imagen del Buen Pastor.