"El Señor quiere volver a hacerse presente en este tiempo de Cuaresma", sostuvo el obispo de San Isidro en su reflexión semanal, y animó a "experimentar en nuestro corazón este Dios que nos ama"
"La Cuaresma nos vuelve a invitar a que no perdamos la meta, el sentido de nuestra vida, porque hemos nacido todos para alcanzar la Vida nueva pascual", sostuvo el obispo de Neuquén.
"El camino de conversión de la Cuaresma es, ante todo, un regalo de Dios, una gracia que se adelanta y, antes de que lo advirtamos, toca nuestro corazón y nos va transformando por dentro", afirma.
"Este tiempo favorece la meditación de la Palabra de Dios, y su cumplimiento en la vida de los creyentes", expresó el arzobispo emérito de Corrientes, que anima a la reflexión y la oración.