El presidente y el secretario general del organismo eclesial latinoamericano le renovaron su apoyo y colaboración con la misión del pontífice como sucesor de Pedro.
Confiados en la protección maternal de la Madre de Dios, el arzobispo brasileño advirtió sobre los desafíos de "estos tiempos delicados y tensos"que se alimentan del miedo.
Mons. Spengler, arzobispo de Belo Horizonte, consideró la posibilidad de "un rito nuevo", dada la diversidad de culturas y lenguas de la región.
A través de la Limosna Apostólica, Francisco envió a la Nunciatura de Brasil una cantidad equivalentes a más de 500 mil reales.