Ante los balazos que impactaron en los frentes de la parroquia María Reina y la escuela Paulo VI, de Rosario, la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia expresó su "enorme tristeza y preocupación" por el ataque y manifestó su "solidaridad fraterna" con estas comunidades y con el párroco, presbítero Juan Pablo Núñez.
Un grupo de sacerdotes de los barrios populares de la arquidiócesis de Rosario exigieron al Estado "seguridad y justicia", tras la balacera a una parroquia y escuela rosarina, al parecer perpetrada por grupos vinculados al narcotráfico. En rueda de prensa en el templo atacado, leyeron el documento y exhortaron a ir a la raíz de este problema, que son "las organizaciones que sustentan este sistema de muerte". Adhirieron obispos y curas villeros de otras jurisdicciones eclesiásticas.