"La sanación de esas heridas profundas no se resuelve con la sola utilización de procedimientos psicológicos; necesita el perdón de Dios", recordó el arzobispo emérito de Corrientes.
"Fue libre, fuerte, sencillo y tierno a la vez. Hermano de todos. Y pudo hacerse hermano de todos porque se sentía así, cercano, hermano, compañero herido del camino", destacó el obispo castrense.
Antes de partir para Roma, donde participará del sínodo de la sinodalidad, el arzobispo de Mendoza se dirigió a la comunidad con un mensaje por las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario
El obispo de Posadas reflexionó sobre el "Es exigente en cuanto a la necesidad de poner en práctica nuestra fe".