"Cristo, mediante la Ascensión, nos revela nuestro destino eterno. Somos con Él y por su acción redentora, hijos del Padre y hermanos de todos los hombres", recordó el arzobispo emérito de Corrientes.
El obispo formoseño animó a seguir "avanzando en nuestro peregrinar, intensificando la oración, la adoración eucarística y el trabajo de artesanos de la paz y de la fraternidad universal".
Así definió el obispo de Neuquén el Año de la Oración y afirmó que se enmarca en un contexto de búsqueda para "favorecer la relación con el Señor y ofrecer momentos de auténtico descanso espiritual".
"Si nos animamos a entrar en diálogo y a generar la cultura del encuentro, empezaríamos a construir desde ahora un país distinto", aseguró el arzobispo de Buenos Aires.