Nació en el castillo de Loyola (Guipuzcoa), en 1491. Su temperamento ardiente y su inclinación por la carrera de las armas, le hizo vivir una juventud borrascosa. En el sitio de Pamplona fue gravemente herido y durante su convalecencia, luego de haber leído la vida de Cristo y algunos santos, tomó la determinación de dejar las armas y convertirse en soldado de la Iglesia. Peregrinó al santuario de Monserrat, donde colgó su espada a los pies de la Virgen. Luego se dirigió a París, donde en su universidad reunió sus primeros compañeros con quienes fundó la Compañía de Jesús, una milicia espiritual que a las órdenes del Papa tenía la misión de luchar contra las herejías, promover la reforma de la Iglesia y extender el Evangelio por el mundo. San Ignacio se estableció en Roma desde donde dirigió, por espacio de 16 años, la Compañía. Allí murió, a los 65 años de edad, en 1556.