Viernes 17 de enero de 2025

Santa Fe: apertura de la causa de canonización de la 'carmelita de la sonrisa'

  • 17 de enero, 2025
  • Santa Fe (AICA)
Mons. Fenoy convocó a la primera sesión de investigación de la fama de santidad de Cecilia María de la Santa Faz. La imagen de la religiosa sonriendo, pese a su enfermedad terminal, se hizo viral.
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El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, decretó el inicio de la causa de beatificación y canonización de la hermana carmelita Cecilia María de la Santa Faz OCD (Cecilia María Sánchez Sorondo), Sierva de Dios. 

El prelado también designó a los oficiales de la investigación y convocó a participar de la misa y primera sesión de apertura de la investigación que se realizará el domingo 23 de febrero a las 9 en el convento San José y Santa Teresa, de las hermanas Carmelitas Descalzas. 

Era el Adviento de 2015 y la Iglesia abría sus puertas de par en par, dando inicio al Año Jubilar de la Misericordia. En la comunidad de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, la hermana Cecilia María fue visitada inesperadamente por una enfermedad grave, que culminaría seis meses después con su fallecimiento, el 23 de junio de 2016.

Desde entonces, la fama de santidad de esa monja carmelita viene creciendo y numerosos testimonios destacan su influencia positiva en la vida de quienes la conocieron en vida o solicitaron luego su intercesión.

Nacida en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, Cecilia María Sánchez Sorondo encontró su vocación en el monasterio de las Carmelitas Descalzas ubicado en Santa Fe. Proveniente de una familia tradicional y sobrina de un obispo que fue colaborador del Papa Francisco (monseñor Marcelo Sánchez Sorondo), falleció a los 42 años luego de batallar contra un cáncer de lengua.

Ahora, la Iglesia comenzó a transitar la postulación de esta carmelita, cuya imagen internada en el Hospital Austral se viralizó hace casi ocho años, 13 días antes de morir: tenía una sonrisa hermosa en los labios, conservaba la belleza de la juventud y la paz en el rostro, a pesar del sufrimiento que atravesaba por la enfermedad cruel que se la llevó de este mundo en poco más de seis meses.


El 14 de febrero de 2024, monseñor Fenoy firmó el edicto para iniciar el camino de la beatificación y canonización de la hermana Cecilia María. Esto implica un proceso de estudio y evaluación riguroso por parte de las autoridades eclesiásticas, pero la historia y el legado de esta joven religiosa despiertan la atención y la esperanza de muchos fieles. El proceso requiere, además, testimonios acerca de milagros y gracias recibidas a través de su intercesión.

Alegre, cálida, cercana
Fabiana Guadalupe Retamal de Botta, compañera de Cecilia, compartió detalles sobre la personalidad y la espiritualidad de la religiosa: "Ella siempre fue una persona muy alegre, cálida, cercana, acogedora. Tenía la particularidad del don de gentes".

"Cuando uno cultiva esa virtud tan hermosa de ser empática, esa capacidad acogedora, de cercanía, sale esa sonrisa que permaneció en los momentos más dolorosos, como el tránsito de su enfermedad, y que se puede ver hasta después de muerta", resaltó, en referencia a las impactantes imágenes que generaron admiración en los miles de personas que se interesaron por su historia.

"A mí me tocó circunstancialmente acompañarla el día del diagnóstico, cuando fuimos al médico y le diagnosticaron el cáncer de lengua, y la verdad que en ese momento yo fui testigo de la paz que la inundaba", recuerda la hermana Fabiana, aunque señala que, más allá del "dolor que nos invadió a las dos por tener que escuchar ese diagnóstico", lo fue llevando con "una sonrisa que salía del corazón". "Impacta la manera en que lo vivió, ha sido un gran testimonio", subraya.

En el Carmelo dicen que la encontraban siempre sonriente, aunque tenía un carácter fuerte. Cuando ya había enfermado y estaba en el hospital, le confesó a una de sus religiosas: "Mi gran pecado era hacer siempre lo que yo quería, mis caprichos. Alguna vez llegué a tener tanta cara de perro que me asusté de mi misma".


Biografía
Cecilia María nació el 5 de diciembre de 1973 en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén del matrimonio entre María Teresa Bosch y Santiago Sánchez Sorondo, en plena mudanza, pues su padre era militar y partían hacia su nuevo destino, Buenos Aires. Fue la segunda de diez hermanos y la mayor de las hijas mujeres.

Dios se valió de un profesor de Teología que, con sus clases, le hizo conocer y amar a Santa Teresa de Jesús, despertando así en ella una creciente sed de intimidad con Cristo y un anhelo de consagrarse a Él. Su abuela, tal vez adivinando sus deseos, le regaló un viaje a Europa, pensando así disuadirla. Lo cierto es que, en ese viaje, estando en el monasterio de la Encarnación de Ávila, sintió fuertemente su llamado al Carmelo.

Ya de regreso, intentó estudiar una carrera universitaria y, pasado año y medio, ingresó al Carmelo de Corpus Christi, en Buenos Aires. Estuvo allí cinco meses. La vida le gustaba, pero no se sentía en su lugar. Con todo el dolor y la oscuridad de su alma, salió de allí, pensando que el Carmelo había sido una ilusión suya y no un verdadero llamado.

Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, no podía olvidar el Carmelo y, con el consejo y guía de su director espiritual, un fraile carmelita, pidió ser admitida en la comunidad de Santa Fe. Pero para esto tuvo que esperar, ya que tanto las hermanas como sus padres le pidieron que antes estudiara una carrera. Ella escogió la de enfermería. Al cabo de tres años, con su diploma en mano, tomó la decisión definitiva: pidió ingresar precisamente allí, al Carmelo de Santa Fe. Lo hizo el 8 de diciembre de 1997, a los 24 años, como cuenta la Carta de Edificación que publicó el Carmelo luego de su muerte, el 23 de junio de 2016.

El 20 de junio de 1998 recibió el Hábito de la Virgen, y casi un año después, un 5 de junio, hizo su profesión de votos de obediencia, castidad y pobreza por tres años.

A finales de 2015, fue enviada para terminar de cerrar el Carmelo de la localidad de Azul. Sentía unas molestas llagas en la boca, que cuando volvió a Santa Fe se hicieron más intensas y dolorosas. Fue a ver a un dentista y la derivó a un especialista en cabeza y cuello. Éste, de urgencia, la mandó a hacerse una tomografía computada de lengua y cuello. El resultado del estudio lo conoció el 11 de diciembre, el cual evidenció que tenía un tumor en la base de la lengua y en un ganglio en el cuello. Al primero que le dio la noticia fue a uno de sus hermanos: "El Señor eligió por mí y yo dije: 'Confiá'. Otra cosa no puedo hacer".

En una carta a su familia del 17 de diciembre de 2015, expresó: "No sé si estoy en el aire, pero a pesar del dolor, que ya se va anunciando cada vez más y me quita bastante el sueño, me siento por ahora animada y contenta. Supongo que me vendrán momentos de oscuridad y desesperación un poco, pero como no estoy sola, podremos juntos seguir al Cordero".

El 23 de junio del 2016, a los 42 años, la hermana Cecilia María falleció en el Hospital Austral, luego de batallar seis meses contra el cáncer de lengua.+