Catamarca pidió a Esquiú que nos ayude a "llevar una vida santa"

En la Solemnidad de Todos los Santos y Jornada de Oración por la Santificación del Pueblo Argentino, Catamarca hizo memoria agradecida de Fray Mamerto Esquiú, camino a su beatificación.

En ocasión de la Jornada de Oración por la Santificación del Pueblo Argentino, que cada año se celebra en la Solemnidad de Todos los Santos, la diócesis de Catamarca recordó este domingo al futuro beato catamarqueño, Fray Mamerto Esquiú.

Este año, la celebración tuvo un marco muy especial: el Año Mariano Nacional, en ocasión de los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle, y la alegría de los catamarqueños por la próxima beatificación de Esquiú, que se celebrará el 13 de marzo de 2021.

La misa central se celebró a las 20 en la catedral basílica y santuario de Nuestra Señora del Valle, sin presencia de fieles debido a la “Etapa Roja” dispuesta por las autoridades provinciales ante la situación epidemiológica por casos de Covid-19. La transmisión se hizo a través de las redes sociales y contó con la participación de una traductora de lenguaje de señas.

La celebración eucarística fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, y concelebrada por el rector y el capellán de la catedral, presbíteros Gustavo Flores y Luis Páez, respectivamente. 

En su homilía monseñor Urbanc manifestó: “El tema de la santidad es el mensaje de las tres lecturas de hoy, pues estamos honrando a los bautizados que ya gozan en la presencia de Dios. Además, celebramos en nuestra patria la ‘Jornada Nacional de Oración por la Santificación del Pueblo Argentino y la Glorificación de los Siervos de Dios’”, apuntando que “rezamos de un modo particular a nuestro querido comprovinciano fray Mamerto Esquiú para que desde el cielo nos ayude a superar tantos problemas que aquejan a nuestra sociedad y que nos preparemos con alegría a la ceremonia de su beatificación el 13 de marzo de 2021”.

Al reflexionar sobre la lectura tomada del Apocalipsis, dijo que “los santos serán muchísimos y de todo origen, o sea que se cumple el llamado universal a la santidad que Dios hace. Están en la presencia de Dios y han sido transformados por la fuerza del misterio pascual de Jesucristo. Entre ellos está nuestro querido Mamerto Esquiú”.

Tras desarrollar el texto del Evangelio referido a las bienaventuranzas, afirmó que éstas “son el carnet de identidad del cristiano, un programa de santidad que va contracorriente respecto de la mentalidad del mundo. Así, si alguno de nosotros plantea la pregunta: ‘¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?’, la respuesta es sencilla: es necesario hacer lo que dice el Señor Jesucristo en las bienaventuranzas”.

Citando al papa Francisco, señaló que “en Gaudete et exsultate nos dice que la santidad se manifiesta en el pueblo de Dios paciente, en esos padres que cuidan con amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo, en esa constancia para seguir adelante día a día. Esa es, muchas veces, la santidad «de la puerta de al lado», de los que viven cerca de nosotros y que son un reflejo de la presencia de Dios; o, para usar otra expresión, ‘la clase media de la santidad’”.

Monseñor Urbanc concluyó con palabras del Santo Padre dirigidas a los jóvenes en Christus vivit: “Te recuerdo que no serás santo y pleno copiando a otros. Ni siquiera imitar a los santos significa copiar su forma de ser y de vivir la santidad: ‘Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros’. Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca única que sólo tú podrás dejar. En cambio, si copias, privarás a esta tierra, y también al cielo, de eso que nadie más que tú podrá ofrecer”.

Por último, invitó a que “le pidamos a nuestro beato Mamerto Esquiú, a todos los santos y a la Virgen del Valle que nos aboquemos a llevar una vida santa”.+

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