Jueves 18 de abril de 2024

Pandemia: Vuelven las misas con fieles en templos de la arquidiócesis de Tucumán

  • 23 de julio, 2020
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
Templos de la arquidiócesis de Tucumán pueden celebrar misas con fieles, bajo protocolo, tras cuatro meses de restricciones por el Covid-19. Indicaciones y recomendaciones de monseñor Carlos Sánchez.
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El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, confirmó que vuelven a celebrarse misas con asistencia de fieles en esta jurisdicción eclesiástica, después de cuatro meses de restricciones preventivas por el coronavirus.

En un mensaje a la comunidad arquidiocesana, el arzobispo tucumano hizo una catequesis sobre la importancia de la Eucaristía y difundió indicaciones y recomendaciones a tener en cuenta para celebrarla siguiendo los protocolos vigentes.

“Agradezco a todos el cuidado y el respeto a los protocolos y a las indicaciones sanitarias y les pido seguir sosteniéndolos en esta nueva etapa, con la certeza que el Señor de la Salud nos seguirá protegiendo y con nuestra colaboración”, expresó en un comunicado.

El prelado recordó que “la celebración del misterio eucarístico es fuente y cumbre de toda la vida cristiana”, al destacar: “Al celebrar la misa con los fieles de la comunidad se hace más evidente el sentido de pertenencia a la Iglesia. Porque la Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. Es el momento sustancial de la constitución de la comunidad parroquial y eclesial”.

“La Eucaristía es la actualización del misterio pascual de Cristo, su pasión muerte y resurrección”, sostuvo, y agregó: “En la Eucaristía nos alimentamos con el pan del Encuentro en la comunidad, en la Asamblea convocada por el Señor, es donde compartimos las penas y alegrías, las preocupaciones y los logros y ponemos en común nuestras intenciones: enfermos, difuntos, acciones de gracias, súplicas, necesidades, etc.”.
El arzobispo tucumano subrayó que “en la Eucaristía nos alimentamos con el pan de la Palabra de Dios, que ilumina cada situación de vida, consuela, fortalece, corrige, alienta e indica el camino para vivir y crecer en la fe y hacer más evangélica nuestra vida cristiana”.

“En la Eucaristía nos alimentamos con el pan de la misericordia de Dios, que nos hace hombres nuevos por la muerte redentora de Jesús, que entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados. En la Eucaristía nos alimentamos con el pan eucarístico del Cuerpo del Señor que nos hace entrar en comunión de vida y amor con el mismo Jesús y en comunión fraterna y eclesial”, indicó.

“En la Eucaristía nos alimentamos con el pan del servicio y la caridad porque descubrimos a Jesús, que se pone ante nuestros pies para lavarlos y nos enseña que hagamos los mismo amándonos unos a otros hasta dar la vida, gastándonos en servicio generoso, caritativo y solidario para con los hermanos más pobres y necesitados, los excluidos y sobrantes. En la Eucaristía nos alimentamos con el pan de la Misión, porque al finalizar la celebración, el sacerdote nos dice ‘pueden ir en paz’, a anunciar y hacer presente y creciente el Reino de Dios en nuestra vida ordinaria, Iglesia misericordiosa, servidora, fraterna y en salida misionera, con la protección y ayuda de la Virgen que nos acompaña con su ternura maternal”, completó.

Monseñor Sánchez afirmó que “en estos cuatro meses la Iglesia no ha dejado de celebrar y vivir la Eucaristía: Jesús se nos hecho presente también en el altar familiar, en la lectura orante de la Palabra de Dios, en la atención a los enfermos, a los pobres y necesitados. Ha sido una experiencia de eucaristizar la vida ordinaria con las actitudes de entrega sacrificada y servicial por los hermanos”.

“Hemos participado de la Eucaristía, de las oraciones, adoraciones y otras celebraciones a través de los medios de comunicación y las redes sociales que nos han unido y ayudado a experimentar el gozo de sabernos Pueblo de Dios en comunión fraterna y eclesial. Y hemos hecho todos, la experiencia de aquellas personas que, habitualmente, no tienen la Eucaristía cerca, de los enfermos, los privados de libertad, los ancianos, los que viven alejados…; nos hemos solidarizado con ellos valorando lo que significa la participación presencial en la celebración eucarística”, subrayó.

“Deseo que esta experiencia de cuatro meses de siembra callada y serena, pero eficaz y sacrificada produzca en nuestra Iglesia diocesana frutos de santidad, de caridad y de comunión misionera”, concluyó.

Indicaciones para celebraciones de misas con asistencia de fieles

Cuestiones generales a tener en cuenta:
    • Todos los fieles de la Arquidiócesis de Tucumán, están dispensados del precepto dominical.
    • Todas las comunidades deben contar con voluntarios para el ingreso y desarrollo de las celebraciones.
    • Al comienzo y al final de la celebración todos deben sanitizar sus manos y calzado.
    • El ingreso individual a los lugares de culto debe desarrollarse de manera que se eviten las aglomeraciones tanto en el templo, como en secretaria, sacristía, atrio y anexos.
    • Sólo los fieles que usen el tapaboca o barbijo pueden acceder a las celebraciones. 
    • Se permite el acceso a personas con discapacidad, ubicándolos en lugares destinados para ellos con los cuidados sanitarios.
    • Los fieles que tengan fiebre, alguna enfermedad respiratoria u otras, se les ruega no asistir a ninguna celebración, ni siquiera al templo para la oración individual.
    • A las personas mayores o a quienes tengan alguna enfermedad que forman parte del grupo de riesgo, se les recomienda no participar de las celebraciones comunitarias. 
    • Se debe respetar la normativa del distanciamiento entre las personas de, por lo menos, 2 metros frontal y lateral. Se exceptúa de esta medida a las familias que comparten la vida cotidiana en el mismo hogar.
    • La capacidad máxima de fieles que pueden asistir a los templos para las celebraciones, debe estar controlada por los voluntarios y debe reducirse en un cincuenta por ciento de la capacidad máxima del templo. Cada comunidad buscará el modo de hacer efectiva esta medida (por ej. Poniendo sillas; ubicando a los fieles banco de por medio, etc.). 
    • Antes y después de cada celebración, se debe extremar los cuidados en torno a la limpieza y a la desinfección del lugar, especialmente los bancos y otros elementos que las personas puedan tocar.
    • Las parroquias publiquen los horarios de las celebraciones a través de los medios de comunicación y por las redes sociales, si tiene la parroquia. 
    • Las personas que recurran a la secretaría parroquial respeten la distancia de 2 metros.
    • No se distribuirán folletos ni cancioneros ni estampas en el templo.
    • Los voluntarios deben ofrecer, en la puerta del templo, la sanitización de las manos de cada persona y del calzado con los trapos de piso humedecidos con lavandina en la puerta.
    • Se mantienen vacíos los recipientes de agua bendita. 
    • No se permite tocar las imágenes. Se recomienda poner algunas vallas con bancos u otras formas para que los fieles veneren las imágenes, pero sin tocarlas.

    • Las puertas de entrada y salida de las iglesias deben permanecer abiertas para evitar tocar los picaportes y para la ventilación. De ser posible, tener una puerta de entrada y otra de salida.
    • Los voluntarios organizan las ubicaciones de los fieles dentro del templo con el distanciamiento necesario, así como las indicaciones de salir ordenadamente.
    • Se recomienda a los sacerdotes que sean breves en las celebraciones.
    • También podrán disponerse de celebraciones al aire libre respetando la distancia entre las personas y todas con tapabocas, y habiendo sanitizado las manos y el calzado. Privilegiar esta forma de misas al aire libre de acuerdo a las posibilidades; por especial recomendación de las autoridades sanitarias. 
    • Una vez concluida las celebraciones litúrgicas, los fieles deberán retirarse del templo en orden y respetando el distanciamiento, rogándoles no permanecer más tiempo ni en el templo ni el atrio. 

Recomendaciones para las celebraciones de la misa
Al ingresar:
    • Todos los fieles deben usar tapabocas siempre y en todas las celebraciones. 
    • Las personas que asisten a las celebraciones deben dejar constancia de nombre y apellido, número de teléfono o celular y registrar la fecha y hora de la celebración. Hasta que se tenga la aplicación de esta registración, que se pueda hacer esta registración en un cuaderno.
    • Sólo el sacerdote que preside la Eucaristía puede estar sin tapabocas en el momento de la celebración eucarística. El sacerdote usará el tapabocas al distribuir la comunión y al finalizar la celebración.
En la sacristía: 
    • Los micrófonos deben estar cubiertos con algún tipo de film que permita su limpieza y reemplazo al final de la celebración. 
    • El que prepara las cosas necesarias para la Misa, debe ser una sola persona, con las manos limpias. Debe disponer los libros litúrgicos, los vasos sagrados sea en el altar o una credencia al lado del altar para la celebración eucarística.
En la celebración: 
    • El canto de los fieles en comunidad, es un alto riesgo por la dispersión de partículas, para ello poner música que ayude a la participación, sin cantar los fieles.
    • Los lectores mientras leen la Palabra de Dios, pueden estar sin tapabocas. Luego se los vuelven a colocar.
    • Sólo los sacerdotes tocan los vasos sagrados, no los acólitos o monaguillos.
    • Se omite la presentación de las ofrendas, que estarán en el altar o credencia al lado del altar.

    • El ministro celebrante use siempre palias para tapar tanto el cáliz como la patena. Los copones con hostias para consagrar estarán tapados durante toda la Plegaria Eucarística. Sólo se los destapará para distribuir la comunión.
    • Se omite el saludo de la paz.
    • Tanto el sacerdote como los ministros deben desinfectarse las manos antes y después de distribuir la comunión.
    • En el momento de la distribución del Sagrada Comunión el sacerdote y ministros extraordinarios de la comunión, se colocan tapabocas antes de acercarse a los fieles que van a comulgar. 
    • Para la distribución de la Comunión se indicará a los fieles permanecer cada uno en sus lugares; los que deseen recibirla, permanecen de pie y los que no quieran comulgar se sientan. El sacerdote y los ministros se acercan a los fieles ubicados en sus bancos para evitar circulación y entrecruzamientos. Una vez que comulguen se van sentando cada uno en su lugar.
    • La comunión se distribuye solamente en la mano. 
    • La colecta de dinero se realiza al concluir la oración después de la Comunión, con los colectores; todos sentados y con una canción u oración, motivando la generosidad de los fieles. También se pueden disponer de alcancías en el ingreso al templo o dentro del mismo para que los fieles depositen su ofrenda en dinero, al comienzo o al final de la celebración de las Misas. Siempre después de manipular el dinero sanitizarse las manos.
    • Terminada la celebración uno solo se encarga de limpiar, guardar y desinfectar los vasos sagrados, vinajeras y de todos los elementos utilizados en la celebración; sanitándose las manos antes y después.
Al salir: 
    • Los voluntarios deben procurar la salida ordenada del templo, evitando que las personas se aglomeren en la puerta y en el atrio. 
    • Es muy conveniente mantener las transmisiones de las celebraciones a través de las redes sociales, radio, televisión e internet, especialmente para la participación de las personas en riego, los enfermos y las personas mayores. Comuníquense los horarios de las celebraciones on-line a los fieles.
    • Los que se encargan de la limpieza del templo sanitizan todos los lugares y superficies que hayan podido tocar los fieles, con el debido cuidado.

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