Miércoles 24 de abril de 2024

Zárate-Campana cierra el Año de la Fe en un templo dedicado a la beata Madre Teresa de Calcuta

  • 15 de noviembre, 2013
  • Campana (Buenos Aires) (AICA)
La clausura diocesana del Año de la Fe, convocado por Benedicto XVI y continuado por el papa Francisco, tendrá lugar el sábado 23 de noviembre, víspera de la solemnidad de Cristo Rey, en la parroquia de la Beata Teresa de Calcuta, en Zárate. Durante la celebración eucarística, prevista para las 18, el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, entronizará en el templo parroquial la estatua de San Manuel Mártir, obra de Juan de la Cárcova.
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La clausura diocesana del Año de la Fe, convocado por Benedicto XVI y continuado por el papa Francisco, tendrá lugar el sábado 23 de noviembre, víspera de la solemnidad de Cristo Rey, en la parroquia de la Beata Teresa de Calcuta, en Zárate.

Durante la celebración eucarística, prevista para las 18, el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, entronizará en el templo parroquial la estatua de San Manuel Mártir, obra de Juan de la Cárcova.

Al convocar al Año de la Fe, el prelado invitó a la comunidad diocesana a "navegar mar adentro" y aseguró que la convocatoria del Papa "constituye un gesto profético, fiel y magnánimo" que redundará en muchas gracias "si estamos confiados".

Monseñor Sarlinga también destacó la figura de la Virgen María, que "es, en cierto sentido, roca de piedad, de misericordia, y nos lleva a la fidelidad a la Iglesia, a ayudar a construirla, especialmente para con quienes más lo necesitan, sufren y esperan que Dios les muestre las bienaventuranzas prometidas por Jesús".

Tras afirmar que "dos grandes testigos" como San Pedro y San Pablo "acompañarán" el Año de la Fe, recordó que "a ellos les confiamos nuestro seminario diocesano, que lleva su patronazgo, y les suplicamos sus intercesiones".

"Una última palabra deseo para todos nosotros en este año: que seamos instrumentos de la paz de Cristo y que nos dejemos reconciliar por Dios. En este mundo no abunda la piedad ni la clemencia, y puede que suceda también en los ambientes donde nos toca existir. Pero donde haya odio, pongamos amor. Hagámoslo creyendo en la eficacia de la ?novedad? cristiana", concluyó.+