El obispo de Villa María animó a renovar la vida de la familia
- 3 de enero, 2025
- Villa María (Córdoba) (AICA)
El obispo Samuel Jofre hizo este pedido en el marco de la apertura del Jubileo de la Esperanza. Fue en la catedral santuario Inmaculada Concepción de esta ciudad cordobesa.
En un solemne acto que dio comienzo en la plaza San Martín de la ciudad de Villa María, el domingo 29 de diciembre se llevó a cabo la apertura del Jubileo de la Esperanza en la diócesis villamariense, que culminó en la catedral santuario Inmaculada Concepción de esa ciudad.
El acontecimiento jubilar, que fue presidido por el obispo, monseñor Samuel Jofre, congregó al clero de la región y a numerosos fieles de esa localidad cordobesa.
De cara al tiempo que se inicia para los cristianos con este jubileo, monseñor Jofre manifestó: "Ya son 2.025 años del nacimiento de Cristo. Y Cristo quiso hacerse hombre verdadero. Por eso quiso hacerse de una familia. Y quiso tomar nuestra humanidad, como nosotros, de una familia".
Por eso, instó a "seguir dando la vida, seguir creando tracción en la familia por medio de Dios; seguir educándonos por la familia; seguir haciendo comunidad principalmente por la familia".
A su vez, planteó que "el amor siempre es fecundo, porque el amor se da. Y el amor, al darse justamente entre los esposos, siempre irradia amor en torno. Y por eso hay esperanza. Porque solo el que espera, comparte la vida".
"Para poder compartir, hace falta tener esperanza. Y los hijos son, por lo tanto, una expresión de esa esperanza. Y lo contrario, quien no tiene hijos, mejor dicho, quien no quiere tener hijos, es porque no tiene esperanza", consideró.
Sobre este punto, insistió: "Es preocupante la pérdida del deseo de tener hijos por parte de los pobres. Es preocupante porque es signo de una grave desesperanza, una grave falta de ilusión, falta de generosidad para compartir la vida".
Asimismo, instó a que en este Año Santo "se renueve la vida de la familia, se renueve el amor, se renueve la generosidad y se renueve así la esperanza que nos defiende".
El Año Santo, explicó, es un tiempo de gracia: "Dios actúa en el tiempo y los humanos necesitamos esos tiempos especiales. Dios quiere actuar también con esa gracia, para renovar nuestras vidas en todo sentido. Espiritualmente, ante todo, pero también en otras dimensiones humanas que pueden estar necesitando esa renovación".
"Y la renovación tiene un gesto principal que es el perdón", añadió y aseguró: "Es un tiempo particularmente favorable para encontrar, para recibir el perdón. El perdón de los pecados. Es momento para renovarnos, para ordenar nuestras vidas, para ser penitentes. Y también para ganar indulgencias".
A su vez, llamó a "despertar en nosotros una vez más el anhelo del cielo".
Por supuesto que para hacer esta renovación no podemos contar con nuestras fuerzas, indicó, y manifestó: "La fuerza la da el amor de Dios. Y la fe es la certeza de que Dios me quiere y de que Dios me quiere perdonar, de que Cristo nació pobre por mí y murió en la cruz por mis pecados, pero resucitó, está vivo y está presente y actuando en la Iglesia".
"Cristo nació por nosotros, Cristo está con nosotros y por lo tanto tenemos alegría. Vamos, queden atrás todos los temores, queden atrás todas las destituciones, queden atrás todos los rencores, queden atrás todas nuestras miserias. Cristo ha venido a renovar el mundo y se abre hoy un año de gracia particular para todos los cristianos con este año santo", concluyó.+