Miércoles 30 de octubre de 2024

Trienio hacia los 50 años del santuario de la Divina Providencia

  • 7 de junio, 2024
  • Paraná (Entre Ríos) (AICA)
Bendecido el 31 de mayo de 1975, el santuario de Schoenstatt en la ciudad de Paraná se apresta a cumplir 50 años. Y la familia paranaense vive el trienio de preparación con espíritu de conquista.
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En el marco del trienio hacia los 50 años del santuario de la Divina Providencia (La Loma), la Familia de Schoenstatt de Paraná celebró, el pasado 31 de mayo, el 49° aniversario de su bendición con una misa y posterior festejo.

“En 2022 advertimos que estábamos próximos a cumplir los cincuenta años de su bendición, el 31 de mayo de 1975. Y entonces surgió el anhelo de vivir un trienio de preparación para este acontecimiento que no es poco significativo”, explicó el presbítero Ricardo Abalde, asesor diocesano de la familia de la Providencia.

Son cincuenta años desde que la Mater quiso establecerse en la ciudad de Paraná: “Cincuenta años en los que hemos recibido abundantes gracias. Cincuenta años en que vimos como la Mater se fue instalando en todas las parroquias de nuestra arquidiócesis, así como también en una enorme cantidad de ermitas. Vemos su imagen en colectivos, en taxis, en muchos negocios”, detalló el sacerdote diocesano.

“Prepararnos para este acontecimiento es agradecer el amor de madre de la Virgen, que tan generosa ha sido con nosotros”, sostuvo.

Los orígenes
“Fueron pasos lentos pero seguros de nuestros primeros en la ermita de Villa Warcalde (Córdoba) en el año 1959 cuando manifestaron sus deseos de ser aliados y de que sería bueno que Ella esté en Paraná. Allí se dio un primer paso. No se sabía cómo seguiría, pero si floreció en ellos una enardecida actitud de conquista y confianza”, explicó Norberto Leiva, integrante del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

"Comenzaron con reuniones en una lancha a orillas del Río Paraná. Lo primero que en el predio de La Loma se construyó fue un “ranchito” para la Mater. La Providencia divina quiso que ese ranchito se quemara. Muy lejos de ver este signo como una desgracia, despertó en ellos un ímpetu muy profundo que dio origen a un propósito: “Quema tu vida y levantarás el Santuario”.+