Jueves 21 de noviembre de 2024

Tres generaciones de curas hablan de los 290 años de la catedral de Morón

  • 27 de octubre, 2020
  • Morón (Buenos Aires) (AICA)
Monseñor Raúl Trotz y los presbíteros Jorge Oesterheld y Martín Bernal compartieron su experiencia de acompañar a la comunidad moronense desde el templo mayor diocesano, en distintas épocas.
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La parroquia Inmaculada Concepción del Buen Viaje, desde 1957 catedral de la diócesis de Morón, cumplió 290 años, y lo celebró con un triduo que involucró a numerosos fieles y grupos parroquiales que, desde sus casas, participaron de la transmisión y de la fiesta y misa emitida desde el templo.

Durante la transmisión, también se pudo ver una imagen infrecuente en la vida pública argentina, pero absolutamente posible en la vida eclesial. Compartieron un cálido y afectuoso momento en pantalla tres generaciones de sacerdotes, rectores en distintos momentos de la catedral. Tres presbíteros de Morón que en distintos momentos de la historia diocesana les tocó custodiar a la venerada imagen de Nuestra Señora del Buen Viaje y animar la vida de fe de la comunidad céntrica de Morón.

Monseñor Raúl Trotz, párroco desde 1988 hasta 2016, el presbítero Jorge Oesterheld, de 2016 a 2017, y el presbítero Martín Ernesto Bernal, párroco desde 2017. Por edad, pertenecen a distintas generaciones del clero diocesano.

Ante la cámara durante la transmisión por las redes sociales de la catedral, que a diario transmite la misa y las celebraciones comunitarias y diocesanas más importantes, los tres sacerdotes bromearon, mostraron su cercanía, y recordaron que décadas atrás, siendo párroco monseñor Trotz, un programa de televisión los había entrevistado poniéndolos como ejemplo justamente de tres generaciones de sacerdotes. Entonces era imposible prever que los presbíteros Oesterheld y Bernal sucederían a monseñor Trotz al frente de la catedral.

“En un país donde difícilmente nadie puede suceder a nadie, y el que estuvo antes tiene que desaparecer, que estemos nosotros tres representando 32 años de esta comunidad parroquial, es el signo que queremos dar para ustedes. Como la Madre del Buen Viaje es una madre que une, que hace camino con todos sus hijos”, expresó el padre Bernal.

“Cuando uno puede decir, cerca de los 80 años, soy feliz; cuando uno puede decir que esa felicidad está unida indisolublemente a ser sacerdote; cuando uno puede decir que de esos 50 y pico de años más de la mitad los pasé acá, es decirle gracias a Dios. Y además venir, y sentirme contento, sentirme feliz de ver que Jorge y Martín no siguieron, mejoraron, la hicieron más linda, embellecen la vida de la gente, que más de uno le puede pedir a Dios”, dijo a su turno monseñor Trotz. 

“Lo más importante de estos años ha sido la comunión de los párrocos con el obispo, que es lo que hace a la Iglesia. Uno está de paso, y está al servicio de la gente. Y es una enorme alegría compartir este aniversario, triste por las cosas que sabemos, pero con esa alegría que nos da la fe y el Evangelio de Jesús”, completó el padre Oesterheld. 

El obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, se unió sobre el final del mensaje para unirse en la emoción y la alegría del testimonio “de los tres últimos párrocos de esta catedral como amigos; el testimonio de unidad, de amistad entre nosotros, de fraternidad, es lo que más le llega a la comunidad”.

290 años de Posta de Caminantes

Hacia 1637 la zona que hoy es Morón se la conocía como Cañada de Juan Ruiz. En aquel tiempo se encontraba dentro de un extenso territorio conocido como de «las Conchas» (nombre que llevaba en el período colonial el río Reconquista). Allí el obispo de Buenos Aires decidió crear un curato o parroquia con una amplia jurisdicción: al norte el río Reconquista, al sur el río Matanza, al este el actual barrio porteño de Caballito y al oeste el río Salado.

No habiendo iglesia en lo que era el caserío de Morón, la parroquia funcionó provisoriamente en la capilla de Francisco de Merlo hasta 1776. Su patrona era la Inmaculada Concepción del Buen Viaje, advocación que recibió de la costumbre popular de pedir a los pies de la virgen de Morón (primera posta del Camino Real al norte) por un buen viaje, ante la amenaza de los peligros del indio, que acechaba la inmensa llanura.

La modesta iglesia sobrevivió con muchos arreglos hasta 1852. Este primer edificio fue testigo de la presencia del obispo de Buenos Aires, monseñor Benito Lué y Riega, quien visitó la parroquia en 1803 y se refugió en ella durante la segunda invasión inglesa en 1807. En 1824, ofició misa formando parte de la delegación pontificia el canónigo Juan Mastai-Ferretti futuro papa Pío IX. Otros figuras como Pedro Goyena pasaron por la parroquia.

Un lugar destacado en la historia nacional ocupó uno de los párrocos José Valentín Gómez, quien fue miembro de la Asamblea del año XIII y rector de la Universidad de Buenos Aires.

El segundo templo, fue levantado por el párroco Francisco Romero en 1854, cuando el país ya recibía los primeros contingentes de inmigrantes y comenzaba una nueva etapa institucional con la sanción de la Constitución de 1853.

El mismo cura Romero, el 31 de julio de 1868, luego de una trágica epidemia de cólera que azotó a la Argentina como consecuencia de la Guerra de la Triple Alianza, colocó en solemne ceremonia la piedra fundamental del tercero y actual templo, ante autoridades locales y pueblo. Fue padrino de la ceremonia el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Adolfo Alsina.

El templo fue librado al culto en 1871 y terminado cuando finalizó la construcción de sus dos torres en 1885. El 15 de agosto de 1944 fue consagrado. En 1947 se realizó la coronación diocesana de la Virgen, con la presidencia de la ceremonia del obispo titular de Iborá, monseñor Julián Martínez.

El papa Pío XII elevó al templo a iglesia catedral cuando creó el obispado de Morón en 1957. En 1961 se realizó la coronación pontificia de la imagen patronal, representando al Papa el cardenal Antonio Caggiano, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina. Entre los asistentes se hallaba El Presidente de la República, doctor Arturo Frondizi y su señora esposa.

En agosto de 1963, el papa Juan XXIII la declaró basílica.

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