Jueves 10 de octubre de 2024

Bahía Blanca: el arzobispo animó a familiares de víctimas y damnificados

  • 22 de diciembre, 2023
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
Pese a las consecuencias del temporal, Mons. Carlos Azpiroz Costa propuso adoptar dos actitudes: humildad de corazón y pobreza espiritual.
Doná a AICA.org

Luego del temporal que afectó gravemente la zona de Bahía Blanca, donde hubo muertos, heridos y grandes destrozos, el arzobispo local, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, y el obispo auxiliar, monseñor Jorge Wagner, celebraron una misa por las víctimas, por las personas que siguen internadas y por quienes están sufriendo las consecuencias de ese desastre natural, en la catedral Nuestra Señora de la Merced.

Concelebraron la Eucaristía monseñor Guillermo Garlatti, arzobispo emérito de Bahía Blanca; monseñor Néstor Navarro, obispo emérito del Alto Valle de Río Negro; y los sacerdotes Luciano Guardia, Pablo Lobos y Aldo Pasqualotto

También estuvieron presentes el diácono permanente Oscar González y el seminarista Diego Chauque.

“En esta misa, acompañamos especialmente a los familiares de aquellos que han partido, que han vivido su Pascua, tras esta terrible tormenta; y porque reconocemos, aunque no podamos medirla, nuestra fe”, afirmó monseñor Azpiroz Costa en la homilía.

El arzobispo bahiense animó, pese a las circunstancias, a adoptar dos actitudes: humildad de corazón y pobreza espiritual.

“Aunque estemos desconsolados, que es la humildad de corazón, porque ya bajamos la guardia, y la pobreza espiritual; no solo de bienes, como tantos de nuestros vecinos de Bahía y otros lugares de la zona de Punta Alta, que han perdido el techo, su casa, etcétera; sino una pobreza espiritual, porque todo esto deja sin piso, sin techo, sin paredes, también al corazón”, graficó.

“Dios nos envía a rezar para que estos tiempos, que son difíciles, pasen a ser fáciles. Nosotros estamos aquí y tratamos de ayudarnos unos a otros, para que estos tiempos difíciles sean tiempos de salvación, de gracia, de amistad, de consolación, de ternura, de compasión, nada más. Pero eso, este tiempo habla más de Dios que muchas otras cosas”, destacó.+