Viernes 22 de noviembre de 2024

Schevchuk: "En esta guerra, en este día, Ucrania está viviendo su crucifixión"

  • 22 de abril, 2022
  • Kiev (Ucrania) (AICA)
En su mensaje del Viernes Santo, el primado ucraniano aseguró que "Rusia oficialmente se negó" a un alto el fuego para la Pascua que ortodoxos y greco-católicos celebrarán el próximo domingo.
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El arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, su beatitud Sviatoslav Schevchuk, aseguró hoy que “en esta guerra, en este día, en este momento, Ucrania está viviendo su crucifixión, su Gólgota. Somos nosotros, a quienes cada día, nos tratan como a esas ovejas llevadas al matadero”.

“A ese más de medio millón de ucranianos presos y deportados a Rusia es a quienes así tratan. Somos nosotros los que seguimos siendo asesinados cada día y considerados como su victoria en la guerra”, subrayó en su mensaje del Viernes Santo, 22 de abril, en el marco del día 58 de la guerra desatada tras la invasión rusa a ese país.

El primado greco católico ucraniano señaló que “en estos últimos días, nuestra Iglesia hizo todo lo posible… al más alto nivel internacional… para lograr un alto en el fuego en Ucrania al menos durante la Pascua”.

“En cooperación con la Santa Sede de Roma, personalmente con el Secretario General de las Naciones Unidas, con el apoyo del Consejo Panucraniano de Iglesias tratamos de hacer todo lo posible para que al menos en estos santos días de Pascua, días de luz, pudiéramos detener la matanza de ucranianos”, agregó, y sentenció: “Pero Rusia oficialmente se negó a hacerlo”.

“En este Viernes Santo rezamos: ¡Oh Dios, salva a Ucrania! ¡Oh Dios, bendice y da la victoria a nuestros soldados! Oh Dios, Tú que hoy eres crucificado, mueres y eres puesto en el sepulcro en tierra ucraniana, ¡sácanos de esta terrible guerra! Dona la libertad y la paz de Ucrania”, concluyó.

Texto del mensaje
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es viernes 22 de abril de 2022 y Ucrania, el pueblo ucraniano vive ya 58 días de resistencia nacional al agresor ruso.

La guerra no se detiene ni un minuto... No disminuye su intensidad... En la tierra, en el aire y en el mar Ucrania sigue sufriendo... Las bombas y los misiles rusos siguen cayendo sobre nuestras ciudades y pueblos. Todos los días muere gente...

Mientras vemos este dolor de toda la nación, mientras contemplamos esta desgracia... mientras rezamos por el ejército ucraniano, que para nosotros es hoy el único garante de nuestras vidas y de que podamos volver a ver mañana la luz del día, Ucrania escucha estas palabras: “Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca. Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?” 

Estas palabras del profeta Isaías, nos llevan hoy aquí en Ucrania al misterio del Viernes Santo, cuando contemplamos a Nuestro Salvador crucificado, muerto en Cruz... Cuando contemplamos a nuestro Dios, que quiso morir como hombre por nuestros pecados para que por sus heridas pudiéramos ser curados .

Hoy contemplamos el costado traspasado de Nuestro Salvador, costado del que aún hoy brota para Ucrania y para el mundo, sangre y agua. La Iglesia de Cristo nace continuamente en el Sacramento del Bautismo y de la Sagrada Eucaristía.

En esta guerra, en este día, en este momento, Ucrania está viviendo su crucifixión, su Gólgota. Somos nosotros, a quienes cada día, nos tratan como a esas ovejas llevadas al matadero. A ese más de medio millón de ucranianos presos y deportados a Rusia es a quienes así tratan. Somos nosotros los que seguimos siendo asesinados cada día y considerados como su victoria en la guerra.

Contemplando el sufrimiento de Ucrania, contemplando a nuestro Salvador, vemos que nuestro Dios está con nosotros. Una vez más Él sigue sufriendo en el cuerpo de Ucrania....

Es imposible ser cristiano en el mundo actual y no ver las heridas de Cristo en el cuerpo del pueblo ucraniano. Es imposible ser un verdadero cristiano hoy en día y no escuchar la sangre inocente de Abel clamando al Cielo desde la tierra ucraniana. Hoy es imposible vivir el misterio de la sepultura de Nuestro Salvador, que quiso permanecer en el sepulcro durante tres días, sin ver los inocentes asesinados que encontramos cada día, que envolvemos y que llevamos al sepulcro.

En estos últimos días, nuestra Iglesia hizo todo lo posible… al más alto nivel internacional… para lograr un alto en el fuego en Ucrania al menos durante la Pascua... En cooperación con la Santa Sede de Roma, personalmente con el Secretario General de las Naciones Unidas, con el apoyo del Consejo Panucraniano de Iglesias tratamos de hacer todo lo posible para que al menos en estos santos días de Pascua, días de luz, pudiéramos detener la matanza de ucranianos. Pero Rusia oficialmente se negó a hacerlo.

Hoy, en este sufrido viernes de Pascua, ponemos la esperanza en Dios solo. Porque es en sus heridas en las que hemos sido curados. Es su Pasión la fuente y la fuerza para nuestra victoria. Es su poder vivificante el que fluye, para nosotros en Ucrania, de su costado traspasado y nos da el poder de derrotar al mal y de proteger a nuestra Patria. Es su muerte la que hoy es vivificante para nosotros y la que nos da la fuerza para amar incluso hasta morir por nuestra patria, pero con la Fe y la Esperanza puestos en Su Gloriosa Resurrección al tercer día.

En este Viernes Santo rezamos: ¡Oh Dios, salva a Ucrania! ¡Oh Dios, bendice y da la victoria a nuestros soldados! Oh Dios, Tú que hoy eres crucificado, mueres y eres puesto en el sepulcro en tierra ucraniana, ¡sácanos de esta terrible guerra! Dona la libertad y la paz de Ucrania.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.+