Sábado 20 de abril de 2024

San Felipe Neri, modelo luminoso de la misión de la Iglesia en el mundo

  • 26 de mayo, 2015
  • Ciudad del Vaticano
El Santo Padre, uniéndose a cuantos conmemoran la figura y la obra de san Felipe Neri, al celebrarse este año el quinto centenario de su nacimiento (Florencia, 25 de julio 1515 ? Roma, 26 de mayo de 1595), envió una carta al padre Mario Alberto Avilés, Procurador General de dicha congregación. El santo, llamado el "Apóstol de Roma" y fundador de la Congregación del Oratorio se caracteriza, escribe Francisco, por "una intensa y gozosa vida espiritual: la oración, la escucha y la conversación sobre la Palabra de Dios, la preparación para recibir los sacramentos dignamente, la formación para la vida cristiana a través de la historia de los santos y de la Iglesia y las obras de caridad en favor de los más pobres".
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El Santo Padre, uniéndose a cuantos conmemoran la figura y la obra de san Felipe Neri, al celebrarse este año el quinto centenario de su nacimiento (Florencia, 25 de julio 1515 ? Roma, 26 de mayo de 1595), envió una carta al padre Mario Alberto Avilés, Procurador General de dicha congregación.

El lunes 25 de mayo se inició el Año Jubilar Oratoriano, con una solemne eucaristía en la Iglesia de Santa María in Vallicella en Roma, presidida por monseñor Eduardo Cerrato CO, obispo de Ivrea y ex procurador general de la Confederación del Oratorio y concelebraron el actual procurador general, padre Mario Alberto Avilés CO, el delegado de la Santa Sede para el Oratorio, padre Felix Selden CO, y miembros de la diputación permanente.

El jubileo concluirá el 26 de mayo de 2016 y el papa Francisco otorgó indulgencia plenaria para los que, cumpliendo debidamente los preceptos, participen de los diversos actos del Jubileo: peregrinaciones a sitios o santuarios oratorianos, celebraciones litúrgicas propias del V Centenario, celebraciones en Iglesias propias de las Congregaciones o bajo su cuidado pastoral.

El santo, llamado el "Apóstol de Roma" y fundador de la Congregación del Oratorio se caracteriza, -escribe el papa Francisco en su carta con motivo del inicio del jubileo-, por "una intensa y gozosa vida espiritual: la oración, la escucha y la conversación sobre la Palabra de Dios, la preparación para recibir los sacramentos dignamente, la formación para la vida cristiana a través de la historia de los santos y de la Iglesia y las obras de caridad en favor de los más pobres".

El Papa recuerda que gracias también al apostolado de San Felipe, el compromiso por la salvación de las almas "volvió a ser una prioridad para la Iglesia y se comprendió de nuevo que los pastores tenían que estar con el pueblo para guiarlo y sostener su fe".

"Felipe Neri fue guía para muchos, anunciando el Evangelio y dispensando los sacramentos. En particular, se dedicó con gran pasión al ministerio de la Confesión, hasta la tarde del último día de su vida terrenal. Su preocupación era seguir constantemente el crecimiento espiritual de sus discípulos, acompañándolos en las asperezas de la vida y abriéndoles a la esperanza cristiana".

"Su paternidad espiritual brilla a través de toda su obra, caracterizada por la confianza en las personas, por la huída de los tonos sombríos, por el espíritu de alegría y por la convicción de que la gracia no elimina la naturaleza, sino que la cura, la fortalece y la perfecciona".

El Apóstol de Roma sigue siendo "un modelo luminoso de la misión permanente de la Iglesia en el mundo. La perspectiva de su acercamiento al prójimo, para testimoniar a todos el amor y la misericordia del Señor, puede servir de ejemplo válido para los obispos, los sacerdotes, las personas consagradas y los fieles laicos. Desde los primeros años de su presencia en Roma, ejerció un apostolado de la relación personal y la amistad, como un camino privilegiado para abrir el encuentro con Jesús y el Evangelio".

"Amaba la espontaneidad, huía del artificio, escogió los medios más divertidos para educar a las virtudes cristianas y al mismo tiempo proponía una disciplina saludable que implica el ejercicio de la voluntad para aceptar a Cristo en la realidad de la propia vida. Estaba profundamente convencido de que el camino de la santidad se asienta en la gracia de un encuentro -el encuentro con el Señor- accesible a cualquier persona, de cualquier estado o condición, que lo acoja con la maravilla de los niños".

"El estado permanente de misión de la Iglesia -concluye el Papa- les pide como hijos espirituales de San Felipe Neri, que no se conformen con una vida mediocre; por el contrario, siguiendo la escuela de su Fundador, están llamados a ser hombres de oración y de testimonio para atraer a las personas hacia Cristo. En nuestros días, sobre todo en el mundo de los jóvenes, a los que tanto quería el padre Felipe, hay una gran necesidad de personas que recen y sepan enseñar a rezar".+