Río Cuarto: el seminario fue sede de una nueva jornada Filipuzzi
- 15 de noviembre, 2024
- Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
Durante el encuentro, se reflexionó sobre la formación sacerdotal luego del Concilio Vaticano II y sobre la actual realidad de la Iglesia respecto de ese acontecimiento universal.
El seminario mayor Jesús Buen Pastor, de la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto, fue sede de una nueva edición de la Jornada Filipuzzi, encuentro que honra la memoria de ese destacado sacerdote de esa diócesis y también de la teología argentina.
La jornada contó con la presencia del presbítero Rubén Taibo, actual rector del seminario interdiocesano La Encarnación, de Resistencia, quien presentó una reflexión sobre la formación para el ministerio ordenado después del Concilio Vaticano II.
Durante la mañana, el sacerdote analizó la realidad actual de la Iglesia post-concilio, y afirmó que, "como Iglesia, no estamos suficientemente convencidos del cambio de época", al tiempo que destacó que ese acontecimiento universal "vino del cielo" y "es necesario una vinculación afectiva con el concilio".
Por la tarde, la exposición se centró en la formación sacerdotal post-conciliar en clave sinodal, en la que el disertante manifestó la necesidad de "repensar la estructura misma desde la sinodalidad", recordando que el ministerio ordenado es "intrínsecamente servicial y orientado a la misión".
Una vida dedicada a la Iglesia y a la misión evangelizadora
El presbítero Juan Pablo Filipuzzi, nació el 26 de abril de 1941, en la localidad de Laborde, provincia de Córdoba. Como era costumbre entonces en aquellos que manifestaban algún signo de vocación religiosa, antes de cumplir los 12 años, ingresó al seminario menor, para volver a encontrarse sólo unos días al año con sus padres y hermanos. Después de 12 años de formación humanista y de estudios filosóficos y teológicos, fue ordenado sacerdote el 8 de agosto de 1964, por monseñor Moisés Blanchoud.
Sus primeros destinos pastorales fueron en la actual basílica y santuario de Nuestra Señora de la Consolata, en Sampacho. Tras un breve paso por la catedral de Río Cuarto, su destino fue la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Buenos Aires, donde obtuvo el título de Licenciado en Teología y donde todavía lo recuerdan. Durante esa estadía, tomó contacto con la Pastoral de los Santuarios, en especial, con el santuario de San Cayetano de Liniers.
Al volver a la diócesis riocuartense, fue destinado al santuario de la localidad de Reducción, donde siguió trabajando en la Pastoral de los Santuarios.
Desde 1977 hasta 1985, fue párroco en la Iglesia de los Sagrados Corazones de Río Cuarto, donde con esfuerzo le dio un gran impulso a la actividad pastoral, de la que surgieron los grupos juveniles, los campamentos, la campaña Rosario en Familia (en 1979), el año Mariano (en 1980) y los viajes junto a un grupo de entusiastas a una de las reservas indígenas de la comunidad Mapuche en Río Negro.
También contribuyó a un despertar de las vocaciones sacerdotales y, en 1985, fue destinado al recientemente reabierto seminario Jesús Buen Pastor, de la ciudad de Río Cuarto, como director de estudios. Desde el 29 de junio de 1992 hasta su muerte, encontró un nuevo y cálido hogar en la localidad de las Vertientes, atendiendo a los fieles de ese pueblo rural.
Se despidió de esa comunidad el 30 de agosto de 1998, en la celebración de Santa Rosa de Lima, y falleció el 1° de noviembre de ese año en Río Cuarto, a los 57 años. Sus restos descansan en esa localidad.+