Para Mons. Ojea, la vigilia penitencial del Sínodo fue 'muy sorprendente y profunda' 

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina participó, junto al resto de los obispos sinodales, de ese momento presidido por el Papa Francisco y contó sus sensaciones en las redes sociales.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, participó de la vigilia penitencial que presidió el Papa Francisco el 1° de octubre, en la basílica de San Pedro.

La ceremonia contó con la presencia de los participantes en la segunda sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo e incluyó los testimonios de tres personas que sufrieron los pecados del abuso, de la guerra y de la indiferencia "ante el drama presente en el creciente fenómeno de todas las migraciones".

El obispo de San Isidro, uno de los cinco sinodales argentinos, apeló a las redes sociales para dar testimonio de las sensaciones vividas.

Mons. Ojea abrió su hilo en X, expresando: "Fue muy sorprendente y profunda la celebración penitencial con la cual comenzamos la asamblea sinodal".

"Francisco insistió mucho en que los sinodales debíamos pedir perdón antes de comenzar las tareas", agregó, y prosiguió con el hilo:

Y, de alguna manera, el comienzo con humildad, con conciencia de la propia fragilidad, ayuda a entrar en contacto con tantas necesidades y fragilidades del mundo. Pero lo más sorprendente fue que, en las súplicas de perdón, nosotros asumimos esas fragilidades del mundo.

Por ejemplo, la fragilidad del maltrato. 

A la Creación, el maltrato y el desprecio del pobre, la guerra, la violencia. Pedimos perdón en nombre de la humanidad, pero nosotros no estábamos fuera. 

La súplica de perdón fue muy inclusiva. 

Los testimonios fueron muy elocuentes, fueron muy bien expresados, con mucha claridad y con mucha contundencia. Creo que no dejaron de sorprender. 

Fue una celebración muy bien preparada, muy propia y apta para comenzar este camino de la segunda asamblea sinodal.+