Jueves 21 de noviembre de 2024

Oración sugerida por el Papa: "Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo"

  • 19 de junio, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo", es la oración sugerida por el Papa para la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y la Jornada Mundial por la Santificación de los Sacerdotes.
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Con motivo de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, en que también se celebra la 25ª Jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes, que instituyó San Juan Pablo II en 1995, Vatican News hizo un repaso de algunos textos en que el papa Francisco se refirió a esta devoción, cuyo sentido es “que nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo”.

La tarde del 27 de junio de 2014, Francisco tenía previsto realizar una visita al policlínico romano Agostino Gemelli y a la Facultad de medicina y cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, con motivo del quincuagésimo aniversario de su fundación, día en el que, además, se celebraba esta solemnidad.

Si bien el pontífice no pudo hacerla, encargó al cardenal Angelo Scola, entonces arzobispo de Milán y presidente del Instituto Toniolo que celebrara, en su lugar, la misa programada en la plaza frente a la Facultad y que leyera la homilía que el Santo Padre había preparado para esa ocasión.

En  homilía, Francisco repite un concepto habitual a lo largo de su pontificado, y es que “el amor fiel de Dios a su pueblo se manifestó y se realizó plenamente en Jesucristo”. Además, Francisco escribía en aquella oportunidad que “para honrar el vínculo de Dios con su pueblo”, el Señor “se hizo nuestro esclavo, se despojó de su gloria y asumió la forma de siervo”. 

De manera que, en su amor, explicaba el Papa, “no se rindió ante nuestra ingratitud y ni siquiera ante el rechazo”. Tal como lo recuerda San Pablo: “Si somos infieles, Jesús permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”.

El Papa también escribió que “Jesús permanece fiel, no traiciona jamás: aun cuando nos equivocamos, Él nos espera siempre para perdonarnos: es el rostro del Padre misericordioso. Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad”.

Y al recordar que el Señor se definió a sí mismo diciendo: “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”, el Santo Padre explicaba que “el sentido de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es que descubramos cada vez más y nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo, revelación de la misericordia del Padre”.

“Podemos experimentar y gustar la ternura de este amor en cada estación de la vida: en el tiempo de la alegría y en el de la tristeza, en el tiempo de la salud y en el de la enfermedad y la dificultad”, completaba.

Por esta razón, al dirigirse de modo especial a los médicos y al personal paramédico de este policlínico, perteneciente a la Universidad Católica del Sagrado Corazón, les decía que “la fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos mediante un servicio humilde y manso”.

Y añadía: “Aquí, cada uno de ustedes lleva a los enfermos un poco de amor del Corazón de Cristo”.

En aquella ocasión, el entonces “nuevo Papa” concluía su homilía sugiriendo decirle a Jesucristo: “Señor Jesús, haz que mi corazón sea cada vez más semejante al tuyo, pleno de amor y fidelidad”.

“Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo”
Hace pocos días, a la hora del Ángelus dominical del pasado 7 de junio, desde la Plaza de San Pedro, el Papa recordaba al mundo que este mes está dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de Cristo, “una devoción que une a los grandes maestros espirituales y a la gente sencilla del pueblo de Dios”.

Francisco decía que “en efecto, el Corazón humano y divino de Jesús es la fuente de donde siempre podemos obtener misericordia, perdón y ternura de Dios”. A la vez que sugería que “podemos hacer esto reflexionando sobre un pasaje del Evangelio, sintiendo que en el centro de cada gesto, de cada palabra de Jesús, en el centro está el amor, el amor del Padre que envió a su Hijo, el amor del Espíritu Santo que está dentro de nosotros. Y podemos hacerlo adorando la Eucaristía, donde este amor está presente en el Sacramento”.

“De este modo –proseguía el Santo Padre– nuestro corazón también, poco a poco, se volverá más paciente, más generoso, más misericordioso, imitando el Corazón de Jesús”.

Al llegar a este punto, el Papa decía que hay una antigua oración, que él aprendió de su abuela y que reza: “Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo”, y completaba: “Es una hermosa oración. ‘Haz mi corazón semejante al tuyo’. Una hermosa oración, pequeña, para rezar este mes. ¿La decimos juntos ahora? ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo. Otra vez: ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo’”.

Mensaje en El Video del Papa
Vatican News destacó, además, que también en El Video del Papa para junio, Francisco llama a recorrer un camino lleno de compasión, capaz de transformar nuestra vida y la de nuestro prójimo, con la esperanza de acercarnos más al Corazón de Jesús.

Una fiesta tan querida por el pueblo cristiano
Mientras hace apenas dos días, antes de concluir la audiencia general del miércoles 17 de junio sobre el tema de la oración de Moisés –cuya catequesis impartió desde la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico–, en sus saludos el Papa recordaba la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús que se celebra este viernes 19 de junio, definiéndola “una fiesta tan querida por el pueblo cristiano”.

“Los invito a descubrir las riquezas escondidas en el Corazón de Jesús, a aprender a amar al prójimo”, expresaba.

De la misma manera, al saludar a los fieles de lengua española que seguían esta catequesis a través de los medios de comunicación social, el Santo Padre recordó la celebración de hoy diciendo que en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús se celebra la Jornada de santificación sacerdotal.

“Los animo a rezar por los sacerdotes, por su párroco, por aquellos que están cerca de ustedes y conocen…, para que a través de su oración el Señor los fortalezca en su vocación, los conforte en su ministerio y sean siempre ministros de la alegría del Evangelio para todas las gentes”, sugería.+