Jueves 2 de mayo de 2024

Multitudinario encuentro vocacional del Camino Neocatecumenal tras la JMJ

  • 9 de agosto, 2023
  • Lisboa (Portugal) (AICA)
En ese contexto, alrededor de 2.000 varones expresaron su deseo de emprender el camino del discernimiento para el sacerdocio y unas 1.500 mujeres, para la vida consagrada.
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Tras los días extraordinarios de la JMJ de Lisboa, como de costumbre, al día siguiente de ese encuentro mundial con la presencia del Papa, unos 75.000 jóvenes del Camino Neocatecumenal, de unos 114 países del mundo, participaron en la concentración vocacional organizada por el Camino Neocatecumenal, que tuvo lugar el lunes 7 de agosto en el gran Paseo Marítimo de Algés, en Lisboa. 

Cerca de la mitad procedían de Europa y unos 20.000, de América; alrededor de 800 vinieron de Asia: de China, India, Corea del Sur y otros países; participaron también pequeños grupos de países africanos: de Costa de Marfil a Ruanda, pasando por Madagascar y las Seychelles; e incluso de Oceanía y las islas del Pacífico llegaron aproximadamente 650.

Las palabras del Patriarca de Lisboa
El encuentro estuvo presidido por el patriarca y arzobispo de Lisboa, cardenal Manuel Clemente quien, en su homilía, tras la proclamación del Evangelio sobre la multiplicación de los panes y los peces, se detuvo en la compasión de Jesús por la multitud hambrienta. "Los jóvenes tienen hambre de Cristo y cada Jornada Mundial de la Juventud, remarcó, nace de esta compasión de Cristo, de la que uno está llamado a participar".

También asistieron a la reunión el nuncio en Portugal, monseñor Ivo Scapolo, 47 obispos y otros cinco cardenales: Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea; Gérald C. Lacroix, arzobispo de Quebec; Odilo P. Scherer, arzobispo de San Pablo; Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores; Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid; también, el obispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar. Por su parte, el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cardenal Kevin Farrell, envió en su representación al Dr. Paul Metzlaff, de la Oficina para la Juventud, y también estuvo presente el alcalde del municipio de Oeiras, donde tuvo lugar el encuentro, Isaltino Morais.

El kerigma
El acto comenzó con una solemne procesión de sacerdotes, seguida por las notas de una canción con las palabras en arameo del Ave María y acompañada por una estatua de la Virgen de Fátima sobre el escenario, donde también había una imagen de la sierva de Dios Carmen Hernández Barrera, coiniciadora con Kiko Argüello del Camino Neocatecumenal y para quien la arquidiócesis de Madrid abrió, el pasado diciembre, la causa de beatificación.

Tras la lectura del capítulo II de los Hechos de los Apóstoles con el anuncio hecho por Pedro el día de Pentecostés, Kiko Argüello anunció el kerigma, es decir, que Cristo murió en la cruz y resucitó, dando al hombre la posibilidad de amar incluso a los malvados, mediante el amor total, que la Iglesia ha llamado Caridad, con una nueva palabra, a lo que agregó que el amor de Cristo en la cruz por cada hombre rompe las cadenas del pecado y de la muerte que lo envuelven cuando se separa de Dios, rompiendo el vínculo con la fuente de su ser. 

En un mundo en el que la inteligencia artificial cambia muchos aspectos de la vida, incluida la religiosa, y en el que vemos tantos suicidios de jóvenes, Kiko anunció la posibilidad de que los jóvenes experimenten ese amor, que hace capaces de amar de verdad a quienes lo reciben.

La lucha de la fe y la alegría de los proclamadores
La importancia de la comunidad cristiana en la lucha por la vida de fe, en un mundo marcado por un creciente relativismo y en el que se extienden leyes como el aborto y la eutanasia, fue recordada por Ascensión Romero, miembro del equipo internacional del Camino, quien instó a los jóvenes a confiar en el Señor, recordando las palabras del Papa al final de su homilía del domingo: "No tengan miedo". 

Por su parte, el padre Mario Pezzi, sacerdote del equipo internacional del Camino, se dirigió a los jóvenes, invitándolos a no tener miedo de ofrecer su vida al Señor, aportando su propia experiencia de más de 50 años de gozoso sacerdocio, vividos en los cinco continentes como misionero. Destacó también cómo el origen del Camino Neocatecumenal como itinerario de iniciación cristiana para adultos está vinculado al Concilio Vaticano II. 

Tras “las llamadas vocacionales”, unos 2.000 jóvenes subieron al estrado para recibir la bendición, dado que en ese momento habían expresado su deseo de iniciar un camino de discernimiento para el sacerdocio y 1.500 chicas hicieron lo propio en relación con la vida consagrada o la misión.

El camino de esos jóvenes está enraizado en la experiencia de fe que viven en las pequeñas comunidades de las parroquias a las que pertenecen, en diferentes partes del mundo. Una experiencia de perdón, de ayuda ante las muchas tentaciones de perderse que el mundo ofrece a los jóvenes, y de ser capaces de volver a levantarse cuando caen, y de descubrir una vocación en sus vidas porque, como recordó Kiko, "somos ciudadanos del Cielo".+