Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Urbanc: "No se puede celebrar el Adviento sin hablar de María"

  • 9 de diciembre, 2016
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
Como cada año, el jueves 8 de diciembre,solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, decena de miles de peregrinos llegaron a Catamarca de distintos puntos del país, para participar de la procesión solemne y los cultos centrales de las fiestas en honor de Nuestra Madre del Valle. El obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, acompañó a los peregrinos quienes entre vivas y oraciones saludaron a la Madre "Morena", agradeciendo y pidiendo sus gracias.
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A pesar de la lluvia, decena de miles de peregrinos llegaron a Catamarca, de distintos puntos del país, para participar de la procesión solemne y los cultos centrales de las fiestas en honor de Nuestra Madre del Valle, el jueves 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Por la mañana, el obispo de Catamarca, monseñor Urbanc presidió la misa solemne con la que concluyeron el Año del Compromiso Cívico y Ciudadano y la primera etapa de la misión diocesana permanente. La celebración estuvo concelebrada por sacerdotes del clero catamarqueño y de otras jurisdicciones eclesiásticas del país.

En su homilía, el obispo recordó que "el culto a María siempre ha estado muy unido al Adviento". "Cuando aguardamos la venida del Redentor que vino a librarnos de nuestra miseria, levantamos los ojos hacia su Madre, y nos llenamos de gozo al recordar los privilegios y las grandezas de la Madre de Dios", aseguró.

"María es la predestinada, la escogida, la Purísima, la siempre presente en los decretos divinos y creada en la santidad y la justicia, la llena de gracia y bendita entre todas las mujeres", afirmó.

Luego, enfatizó que "el Adviento es el tiempo mariano por excelencia, porque nadie como la Virgen, ha estado en el ápice de la expectación del Salvador". "La Virgen del Adviento no es la dolorosa del Calvario, ni la asunta a los Cielos; es la santa Virgen María, plena de juventud y limpia hermosura. No se puede celebrar el Adviento sin hablar de ella, sin hacer un esfuerzo por imitar sus sentimientos en la concepción y en el parto de Cristo, sin presentarla como la persona que corona el misterio de la Iglesia", manifestó.

Compromiso con el bien común de los catamarqueños
El prelado también agradeció a la Virgen y a todos los que, de una u otra forma, llevaron adelante la temática propuesta para este año que concluye: "El Compromiso Cívico y Ciudadano, con el que ponemos fin a la primera parte de nuestra misión diocesana permanente". Además, distinguió a la Pastoral Social por "promover diversas actividades para propiciar un mayor conocimiento y vivencia de la Doctrina Social de la Iglesia, ya que la fe si no está animada por la caridad está muerta".

También, monseñor Urbanc deseó "que a lo largo de este bicentenario de nuestra Patria (2010-2016), hayamos dejado de ser ?meros habitantes, para constituirnos en auténticos ciudadanos?, fautores no sólo de la comunidad eclesial, sino también de la sociedad civil, de la que todo cristiano debe saberse inexcusable actor y responsable protagonista de vanguardia".

Por último invitó a"renovar el amor a la Virgen Santísima y a "rogarle que nos asista con su poderosa intercesión para que cada bautizado se esfuerce por ser un ciudadano comprometido con el Bien Común de todos los catamarqueños".

Luego de la bendición final, el templo estalló en vivas y alabanzas a la Madre "Morena" del Valle, que por la tarde caminó en procesión junto a sus hijos.

Multitudinaria procesión por las calles catamarqueñas
Miles de peregrinos y devotos participaron de la procesión en el cierre de las festividades en honor a la Inmaculada Concepción en su advocación del Valle; en las que se celebraron también los cuatrocientos años del hallazgo de la sagrada imagen en la Gruta de Choya, y se dio apertura al año dedicado a la formación de los discípulos y misioneros, dentro la segunda etapa de la misión diocesana permanente.

Las celebraciones comenzaron pasadas las 18 con la salida de la imagen de la Virgen del Valle en el trono festivo, llevado en andas por integrantes de la División Guardia de Infantería de la Policía de la Provincia, y escoltado por Cadetes de la Policía de la Provincia y miembros de las agrupaciones gauchas, precedida por el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, y sacerdotes.

Afuera la esperaban las autoridades provinciales y municipales, junto a una gran cantidad de devotos y peregrinos, quienes estallaron de fervor y emoción con la presencia de la Virgen en el Paseo de la Fe, mientras resonaban los acordes de la banda de música de la Policía de la Provincia y la animación cobraba fuerza con el grupo Yanai.

Tras el paso de la extensa columna de peregrinos, las campanadas anunciaron el inicio de la procesión. Delante se ubicaron las religiosas y religiosos, seminaristas, sacerdotes y el obispo, luego la imagen cuatro veces centenaria de la Madre "Morena", seguida por las autoridades provinciales y municipales.

La marcha procesional se desplazó por calle República hasta Mariano Moreno, abrazando el Paseo General Navarro o Plaza de la Coronación, más conocida como La Alameda, continuando por calle San Martín hasta el Paseo de la Fe. En el trayecto se rezaron los misterios del rosario, se elevaron súplicas y canciones.

El arribo de la sagrada imagen al Santuario fue vivido con mucha emoción, mientras el sonido de las campanas se confundían con los sones de la Banda de Música, vivas y pañuelos agitados, para saludar a la Patrona de Catamarca y del Noroeste Argentino.

A continuación, monseñor Urbanc agradeció a la Virgen por su presencia y por "permitirnos que nos manifestemos tal cual somos, con nuestras luces y sombras, con nuestra lealtad e infidelidades, con nuestros más y nuestros menos ¡Gracias!", exclamó.

"Gracias por la jornada que nos has preparado y por habernos acompañado a lo largo de nueve días para animarnos, fortalecernos y recibir todo tipo de súplicas y agradecimientos de tantos peregrinos que vinieron a verte", añadió.

Y agregó: "Gracias, Madre, porque aún significas mucho para gran parte de los catamarqueños, que quieren seguir siendo tus hijos, e hijos del Buen Padre Dios, y miembros de su gran familia, la Iglesia que fundó tu amadísimo Jesús".

Asimismo, reconoció a la Madre "por el Bicentenario de la Patria que hemos vivido, en el que aprendimos muchas cosas y nos fuimos comprometiendo un poco más con nuestra vocación de discípulos-misioneros de Jesucristo, para irradiar en nuestra sociedad los valores del Reino de Dios e irnos convirtiendo en una Iglesia en salida, a ejemplo tuyo que fuiste a cuidar a tu prima Isabel".

Además, al iniciar como Iglesia diocesana a un nuevo año de trabajo pastoral, recordó: "Hemos dispuesto un trienio de preparación para que en el 2020, Tú (María) nos esperes en la Gruta de Choya y allí te brindemos el mejor homenaje que te puedas imaginar y que ameritan las circunstancias".

"En orden a que este trienio esté bien cohesionado nos propusimos un objetivo general: ?Que todos los bautizados, de camino a la celebración por los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle, en el 2020, hayamos tomado conciencia y nos hayamos comprometido con la misión diocesana permanente, como Iglesia que sale al encuentro de todos?. Y el lema elegido para motivarnos a lo largo de estos años también será uno solo, de manera que nos ayude a internalizar lo que pretendemos alcanzar con las diversas acciones propuestas para este trienio: ?Discípulos y Misioneros como María?", explicó.

"Ayúdanos y acompáñanos, querida Madre, para que sea una gran realidad la conversión de todos los bautizados en santos hijos e hijas del Buen Padre Dios, de modo que ya se puedan vislumbrar los cielos nuevos y tierra nueva donde reinen la justicia, la verdad, la unidad, el amor y la paz", concluyó exclamando vítores a la Pura y Limpia Concepción del Valle.

Texto completo de la homilía

Lanzamiento del Año de la Formación
A continuación, se dio lectura al decreto de lanzamiento del Año Diocesano de la Formación de los discípulos y misioneros, y se presentó la Carta Pastoral que fue entregada a las principales autoridades civiles como a los responsables de las distintas pastorales.

El homenaje a la patria en el Año del Bicentenario de la Independencia se concretó con la entonación del Himno Nacional, que fue seguido por el Himno a Catamarca y el arriamiento de la bandera.

Se otorgó indulgencia plenaria en la forma acostumbrada y la bendición final, llegando el momento de la despedida, entre vivas, pañuelos agitados, lágrimas de emoción, miles de peregrinos y devotos saludaron a la Reina del Valle, que regresó a su camarín, mientras los fuegos artificiales llenaban de luz y color el cielo catamarqueño.+