Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Scheinig: La vida es sagrada, no legislen a favor del aborto

  • 29 de diciembre, 2020
  • Mercedes (Buenos Aires) (AICA)
En el marco del triduo de oración por la vida naciente convocado por el Episcopado, monseñor Scheinig presidió una misa en honor de la Sagrada Familia y la Eucaristía en el día de los Santos Inocentes
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En el marco del triduo de oración por la vida naciente, convocado por el Episcopado, que se extendió desde el 26 hasta el 28 de diciembre, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, rezó por el cuidado de las familias y de los niños por nacer.

El domingo 27 de diciembre, día de la Sagrada Familia, la misa tuvo lugar en la catedral Nuestra Señora de las Mercedes, y el prelado dedicó su homilía a reflexionar sobre la importancia de Dios en la vida y en la familia, y destacó que “la vida es sagrada”.

“La Palabra nos dice que en el origen de la vida está Dios. Siempre está Dios en el origen de la vida. Nadie nace por casualidad. No somos fruto del azar, del encuentro entre dos células. Hay un designio, hay un querer de Dios, en el momento oportuno. Dios está en el origen de la vida. Toda vida es sagrada. Porque toda vida tiene un sentido, tiene una misión. No existe vida sin sentido, sin misión”, afirmó.

“Y estará el arte de la familia, la familia concreta, para ayudarnos a ir descubriendo el sentido de la propia existencia. La misión que tengo, la misión que cada uno tiene. Pero lo primero y fundamental, y esto para nosotros los creyentes no es un dato; para nosotros, esto es una certeza esencial: la vida es sagrada, la vida es querida por Dios, en el momento oportuno”. 

“Nadie de nosotros nació ni antes ni después de cuando tenía que nacer. Nadie de nosotros nació porque sí. No existe ser humano que haya nacido por casualidad. Y esto hace que cada ser humano sea irrepetible, sea sagrado, intocable, es de Dios, somos de Dios. Es un templo que no podríamos avasallar, no podríamos tocar”.

En referencia al proyecto de ley de aborto, que se debate en el Senado, expresó: “En estos tiempos en los que pareciera ser que la vida pierde sentido sagrado y también la familia, los obispos pedimos a la feligresía, a la Iglesia, intensificar la oración, porque estamos en un momento delicado de la vida del país en el que vamos a sacrificar niños. Tenemos que intensificar nuestra oración, para no perder el sentido sagrado de lo que somos, de lo que es cada persona, cada niño”.

“Si los legisladores pudieran descubrir, si todos, absolutamente todos pudiéramos descubrir que ese niño que se engendra en el seno de una mujer tiene un sentido y una carga divina, nos sacaríamos los zapatos para estar frente a esa persona, entraríamos como Moisés a un lugar sagrado”, aseguró, llamando a “pedirle al Señor que las familias sean el lugar sagrado, el lugar donde cuidemos la vida, la ayudemos a crecer”.

En la misma línea, en la noche del lunes 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, monseñor Scheinig presidió una oración por la vida, que fue acompañada por los fieles a través de las redes sociales.

“Junto a toda la Iglesia que peregrina en la Argentina -expresó-, estamos terminando una jornada de oración y de ayuno. Ahora aquí, junto a Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra querida Patria, venimos a suplicar que en nuestra Nación las leyes que la rigen, siempre defiendan y cuiden la vida. Y que mañana, los señores senadores, iluminados en sus conciencias por una gracia especial de Dios, voten contra la ley del aborto y a favor de la vida de los niños por nacer”.

“Rezamos con infinita confianza en Dios nuestro Padre en este día en el que hacemos memoria de los Santos Inocentes Mártires, aquellos que mandó matar Herodes, y también en memoria de tantos otros que a lo largo de la historia con su sangre derramada junto a la de Jesús, siguen misteriosamente redimiendo a nuestra humanidad. Su testimonio nos ayuda a rezar con esperanza, con fuerza y con valentía”.

“En nuestra Nación, todos experimentamos la necesidad de una verdadera reconciliación y de una común-unión que nos permita salir del laberinto en el que nos encontramos y que tanto daño nos hace”, señaló, y afirmó: “Necesitamos de una conciencia moral que se refleje en una conducta individual y colectiva que busque decididamente el bien común de todos los argentinos, especialmente de los más postergados, que son millones”.

Al mismo tiempo, llamó a “ser capaces de presentar nuestras convicciones con respeto hacia los otros, pero con toda claridad, sin ambigüedades y con total decisión, ya que al defender la vida no buscamos otra cosa que el bien de todo ser humano y de la Nación. No somos anti-derechos, todo lo contrario, al estar cerca de los más débiles, indefensos y vulnerables, estamos protegiendo los derechos de todo ser humano”.

“Este es un momento histórico para generar consensos fundamentales que nos ayuden a profundizar la unidad y no la división. La sabiduría política de nuestros gobernantes debería estar abocada a esto y no a generar más confrontación”.

Tras este año especial, marcado por la pandemia y la crisis económica, monseñor Scheinig se dirigió a los legisladores: “Nos genera mucha desazón cuando los vemos a ustedes, los que nos lideran, sin un mínimo de autocrítica, enfrentándose de manera escandalosa, y que parecen estar más pendientes de los medios de comunicación y de las encuestas, que de la verdad y del bien común. Ustedes son los primeros responsables de encontrar el camino del progreso y hoy estamos muy lejos de haberlo conseguido”.

“Ahora nos han embarcado en este debate de ley que para edulcorarla la llaman de ‘interrupción voluntaria del embarazo’, cuando en verdad es una ley para legalizar el aborto, es decir, el asesinato de un niño al que no se le dará la oportunidad de nacer y crecer”.

Al respecto, advirtió: “Una ley que legaliza la muerte nunca puede llevar a una Nación al progreso. Sepan que una vez más todos quedaremos heridos, de una herida profunda en el corazón del pueblo, que en su mayoría, y ustedes lo saben, no quiere esta ley, muy por el contrario, quiere encontrar los caminos precisos para salvar siempre las dos vidas”.

“Señores senadores, las niñas y los niños gestados en el vientre de sus madres son sujetos de derechos. Tienen los  mismos derechos a vivir como los tienen ustedes y cada uno de nosotros. Sus vidas indefensas deben ser inviolables. Tienen un sentido y una misión fundamental. No debemos detentar el poder al estilo de Herodes para hacer una ley que los descarte porque nos ‘incomodan’. ¡No podemos ser tan egoístas!”.

“Señores senadores: les suplicamos que no legislen a favor del aborto. Les rogamos, con máxima humildad, pero con la seguridad y la fuerza que nos da el amor de Dios, ¡Les pedimos que voten a favor de la vida!”, concluyó.+