Mons. Scheinig: 'El jubileo, tiempo de volver a elegirnos con todo el corazón'
- 31 de diciembre, 2024
- Mercedes (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Mercedes-Luján presidió la inauguración del año jubilar y en su carta jubilar aseguró: "No hay mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él".
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Scheinig, presidió la inauguración solemne del año jubilar en la iglesia catedral. En ese marco, el titular diocesano presentó la carta jubilar, en la que aseguró: "Necesitamos recuperar la alegría de vivir, porque el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, no puede conformarse con sobrevivir o subsistir mediocremente, amoldándose al momento presente y dejándose satisfacer solamente por realidades materiales".
"Tres son los desafíos que descubrimos como la llamada que el mismo Dios nos está haciendo y a la que nos comprometimos a escuchar y responder, porque creemos que esa es su voluntad: comunión, misión y misericordia", planteó, explicando cada punto en profundidad.
El año jubilar, asegura, "es para nosotros la ocasión de vivir de manera concreta el camino de la Misericordia que nos pide nuestro Sínodo y ofrecerlo a manos llenas y brazos abiertos a todos".
Por eso, propone que el Año Santo "sea un año fuerte de perdón sincero y concreto porque allí podemos experimentar la Misericordia viva del Señor que sostiene nuestra misericordia, la que damos y recibimos cuando perdonamos".
Especialmente, el prelado destaca la necesidad del perdón en las familias: "Necesitamos poder sanar los vínculos familiares que son tan necesarios para nuestra vida, para nuestro presente y futuro, para nuestro desarrollo y crecimiento. Perdonarnos en la familia es intentar reponernos, fortalecernos, dando paso a lo mejor de cada uno y de la misma familia toda. El jubileo es un tiempo propicio para volver a elegirnos con todo el corazón".
"Este perdón se alimenta y enriquece con la práctica del sacramento de la reconciliación", asegura, y considera: "Es bueno que en el año jubilar, volvamos a la práctica de la confesión que lleva directamente a la experiencia de la Misericordia del Padre que siempre nos perdona. Porque nuestros pecados son importantes, pero lo es mucho más la Misericordia del Padre, que nos la hace explícita cuando un sacerdote, en Su Nombre, nos perdona".
Iglesias Jubilares y
dos momentos pastorales muy importantes
Monseñor Scheinig dio a conocer, además, los lugares designados como
Iglesias Jubilares: la basílica de Nuestra Señora de Luján; la catedral, en la
ciudad de Mercedes; la parroquia San Marcos Evangelista, en la ciudad de Marcos
Paz; la parroquia San Pedro Apóstol, en la ciudad de Chivilcoy y San Ignacio,
en la ciudad de Junín.
Designó también como Iglesia Jubilar a Nuestra Señora de la Guardia, en la ciudad de Mercedes y al Hogar de Cristo, San Francisco de Asís, que allí reside. "Considero es un lugar hermoso para ir de peregrinación en comunidad, o personalmente, al encuentro del Señor de la Misericordia que se nos manifiesta en los jóvenes que viven en el Hogar", planteó.
Y añadió: "Es un lugar para ir a rezar y encontrarse desde el corazón, con hermanos que desean salir de noches muy oscuras y que ya han iniciado un camino de recuperación, que es sin duda un camino de esperanza".
Por último, el arzobispo pidió "que se animen a peregrinar hacia allí y conocer un lugar que ayuda a descubrir lo valiosa que es toda vida que hace la elección de caminar con esperanza porque, si así no se hiciese, es imposible. Preparen una linda peregrinación y reciban allí las indulgencias del año Jubilar".
Anunció, además, dos actos arquidiocesanos dentro del marco del Jubileo: la peregrinación de toda la arquidiócesis hacia el santuario de Luján, el 11 de mayo, para concluir la celebración por los 90 años de la arquidiócesis, y la jornada mundial de los pobres, que se realizará en noviembre del 2025.
Las indulgencias
Sobre este punto, indicó que "el sacramento de la Penitencia nos asegura que
Dios quita nuestros pecados", y recordó que "reconciliación sacramental no es
sólo una hermosa oportunidad espiritual, sino que representa un paso decisivo,
esencial e irrenunciable para el camino de fe de cada uno. En ella permitimos
que Señor destruya nuestros pecados, que sane nuestros corazones, que nos
levante y nos abrace, que nos muestre su rostro tierno y compasivo. No hay
mejor manera de conocer a Dios que dejándonos reconciliar con Él experimentando
su perdón".
Por eso, instó a redescubrir la belleza del sacramento de la sanación y la alegría, la belleza del perdón de los pecados.
"Que la Madre del Señor y Madre nuestra, María de las Mercedes y de Luján, camine con nosotros todos los días de este año Jubilar y nos lleve hacia el Jesús que vive entre nosotros", concluyó.+