Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Sánchez: Testigos del amor misericordioso y liberador del Señor

  • 2 de febrero, 2021
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
"Queremos seguir caminando en la dignidad que el Señor nos ha prometido, haciendo presente el Reino del Señor", dijo el arzobispo a los tucumanos en la misa de este domingo.
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El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, celebró en la capilla del arzobispado la misa del cuarto domingo durante el año. 

Al comentar el Evangelio, se refirió al protagonista que le pregunta a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros?”, y “Jesús lo libera, lo sana, rescata al hombre y vuelve a dignificarlo”. En este sentido insistió con que el Señor quiere hacer lo mismo con todo su pueblo.

“Esto es lo que ha venido Jesús a hacer con nosotros: a liberarnos, a perdonarnos, a arrancar los espíritus impuros del egoísmo, de la ambición, del qué me importa, para devolvernos la dignidad de ser hijos de Dios”, explicó. 

En el Evangelio el hombre liberado “le pide a Jesús estar con Él, pero Jesús le dice: ‘Tenés una misión que cumplir, volvé a tu casa, a tu familia, y anunciá las maravillas que el Señor ha hecho en vos’”. Por eso -explicó monseñor Sánchez- , el hombre “recorrió las regiones anunciando que Dios lo había tratado con misericordia. Y vuelve ahora transformado, es un hombre nuevo que va dignificando y proclamando las maravillas de Dios a los demás”.

Haciendo referencia a la comunidad, el arzobispo de Tucumán mencionó que “hemos sido liberados del espíritu del mal desde el día de nuestro bautismo, y queremos seguir caminando en la dignidad que el Señor nos ha prometido, haciendo presente el Reino del Señor”. 

En este sentido, animó a pedirle “que nos siga liberando de las miserias y pecados que aún tenemos”, pero advirtió, “no dejemos de seguirlo, de anunciar y allí desde nuestra familia, desde nuestro barrio y nuestro hogar, que podamos ser testigos del amor misericordioso y liberador del Señor”. 

Finalmente, llamó a pedir esta gracia “por la intercesión de Nuestra Madre la Virgen y de San José, para que de verdad nos veamos renovados espiritualmente y haciendo presente el Reino del Señor con nuestro testimonio de vida”.+