Jueves 2 de mayo de 2024

Mons. Ojea: 'La misericordia es el centro mismo del Evangelio'

  • 26 de noviembre, 2023
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
En su reflexión, el presidente del Episcopado recordó que, "si la oveja tiene hambre, no importa qué haya hecho, cómo piense, cómo sienta. No importa nada cuando se trata de una necesidad".
Doná a AICA.org

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, reflexionó en torno a la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, recodando la expresión de San Juan de la Cruz: “´En el atardecer de nuestra vida, seremos juzgados por el amor´”, y destacó que “este amor tiene que ver con un amor concreto. 

“El Papa Francisco diría ´es un amor que se concibe en la mente, pasa por el corazón y llega a las manos; y, si no llega a las manos, no es amor´. En el Evangelio tenemos ese gran protocolo por el que seremos juzgados, según se nos cuenta acerca del Pastor en el juicio final”, agregó.

“El Pastor es la imagen más antigua de Jesús; Jesús es por antonomasia el Pastor y el Pastor se presenta juzgando, separando a las ovejas, decidiendo según ese gran protocolo; es como si les dijera: ´¿Ustedes han sido pastores como yo?, ¿han cuidado de las ovejas como yo?, ¿las han alimentado, les han dado agua para beber?, ¿se han preocupado por su salud, se han preocupado por su vida, las han acompañado? ´Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber. Estuve desnudo, me vestiste, enfermo y me visitaste, preso y me viniste a ver´”, profundizó.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) señaló que “el Pastor ha tenido para con nosotros una compañía concreta y una atención concreta a nuestras necesidades, atención que ha pasado hasta las manos, se ha jugado por nosotros hasta las manos, se jugó su vida por nosotros; el Pastor se hizo cordero en la Cruz, el cordero Pascual, y entregó su vida por nosotros”.

“No nos dice ´tuve hambre y me diste de comer´, hablando de la cualidad moral de cada oveja, no importa. Si la oveja tiene hambre, tiene hambre. No importa lo que haya hecho o lo que no haya hecho; no importa cómo piense, cómo sienta. No importa nada cuando se trata de una necesidad que es primaria en el cuerpo y en el corazón del hombre”, sostuvo.

Hacia el final de su reflexión, monseñor Ojea expresó: “La visita al preso, la visita al enfermo, esto habla de esa misericordia de Jesús, que es el centro mismo del Evangelio: ´Sean misericordiosos como mi Padre celestial es misericordioso´”.

“En el atardecer de nuestra vida, seremos juzgados por el amor; que el Señor nos encuentre así, preparados, abiertos, dispuestos a dar la vida por este Pastor, que nos dice que está en cada una de sus ovejas, presente. Si amamos a Jesús, tenemos que descubrirlo allí. Que Dios los bendiga”, concluyó.+