Mons. Montini: "Lo principal es amar y aprender a amar"
- 29 de octubre, 2020
- Santo Tomé (Corrientes) (AICA)
El obispo de Santo Tomé celebró la misa del 30° domingo durante el año en la catedral Inmaculada Concepción y animó a la comunidad a "aprender a amar" y poder "vivir en el amor".
Al celebrar la misa del 30° domingo durante el año, el 25 de octubre, el obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, habló del mandamiento del amor, expresado en el Evangelio de San Mateo.
Al comenzar hizo referencia a los textos bíblicos de las últimas semanas, en las que “descubrimos una situación de tensión entre Jesús y los escribas y fariseos”. Y mencionó que “estas reflexiones nos hacen pensar en cómo nos acercamos a Jesús. ¿Qué nos mueve para acercarnos a él? ¿qué hay en el corazón? ¿qué buscamos cuando nos acercamos al Señor?”, se preguntó el prelado.
En este sentido afirmó que “nuestra relación con Jesús tiene que ser gratuita y de amor, sin doble intención”. Por eso, se refirió al momento en que el doctor de la ley le preguntó a Jesús por el mandamiento principal, y mencionó que “le estaba preguntando qué es lo más importante de la vida, cuál es el horizonte de la vida humana. En el fondo hay una búsqueda del para qué estamos, para qué vivimos”.
“El horizonte de la vida es que vivimos para amar, hemos sido hechos para el amor”, afirmó el obispo de Santo Tomé, y agregó “nuestra vida cobra espesor y substancia tanto y cuanto nosotros vivamos para el amor”.
Más adelante se refirió a los testimonios en torno al amor que se han generado en el tiempo de pandemia y subrayó que “lo más importante la vida es amar, aprender a amar y dejarnos amar. En realidad, no necesitamos tantas cosas, sino que lo principal es esto”.
Pero añadió que “Dios nos amó primero, eso se descubre en los textos de San Pablo. Y es muy importante dentro del mandamiento. Pero este mandamiento es en realidad agradecer que somos amados, por lo que tenemos, agradecer la fe y a Dios que nos ha amado a través de estas cosas y tantísimas otras que no vamos a advertir”.
Antes de concluir, el obispo recordó que “cuando amamos a Dios, debemos amar al hermano”, y se preguntó: “¿Cómo sé que una persona ama a Dios? Si trata bien al hermano”, respondió, porque “por más que hayamos recibido todos los sacramentos, si nosotros no amamos al hermano, no pasamos el ‘protocolo del amor’”.+