Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Mollaghan explicó el sentido de dos fechas importantes para la vida de fe

  • 31 de octubre, 2012
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, invitó a vivir "con mayor intensidad y fervor" las celebraciones religiosas por el día de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos, previstas para el 1º y 2 de noviembre, al recordar que estas fechas -aún cuando sean días laborables- son "importantes para nuestra vida de fe", sobre todo en este año de gracia convocado por el papa Benedicto XVI. Convocó a renovar el primer día "el deseo de llegar a ser santos, tomando a Cristo como modelo de nuestra vida, que invita a seguirlo, pidamos en nuestras parroquias y capillas por la santificación del pueblo argentino y por la glorificación de sus beatos, venerables y siervos de Dios" y acercarse el segundo, a los cementerios de los pueblos y ciudades, para "recordar a nuestros seres queridos que ya han partido a la Casa del Padre, rezando por ellos, como un testimonio visible de fe y esperanza en la eternidad, y acompañando a quienes más lo necesitan".
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El arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, invitó a vivir "con mayor intensidad y fervor" las celebraciones religiosas por el día de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos, previstas para el 1º y 2 de noviembre, al recordar que estas fechas -aún cuando sean días laborables- son "importantes para nuestra vida de fe", sobre todo en este año de gracia convocado por el papa Benedicto XVI.

"El día de Todos los Santos es una fiesta de acción de gracias por quienes ya están junto a Dios y han sido reconocidos como testigos heroicos de la fe. Por eso también es un día de dicha y de alegría; y un motivo de esperanza, caminando por el sendero que nos señalan los santos, ya que la santidad a la que Cristo nos llama, es para ser felices, y que lo seamos eternamente", explicó.

Para ello, precisó "necesitamos vivir la bienaventuranzas, que son, como decía Juan Pablo II: ?como el retrato de Cristo, un resumen de su vida?" y convocó a renovar "ese día el deseo de llegar a ser santos, tomando a Cristo como modelo de nuestra vida, que invita a seguirlo, pidamos en nuestras parroquias y capillas por la santificación del pueblo argentino y por la glorificación de sus beatos, venerables y siervos de Dios".

El prelado rosarino recordó, además, que el 2 de noviembre es el día de Todos los Difuntos y que el lema elegido en el Año de la Fe para reflexionar en esta conmemoración proviene de la liturgia: "Para los que creemos en ti esta vida no termina sino que se transforma".

"En nuestra experiencia, frecuentemente queremos aferrarnos a esta vida, y nos entristece la certeza de su término. Sin embargo, desde la fe tenemos la certeza de que esta vida no termina, sino que va a alcanzar su valor más pleno cuando sea transformada. Por esto toda nuestra vida puede ser una preparación para la eternidad", indicó.

El arzobispo sostuvo que "esta sed de Dios puede alimentar nuestra esperanza, y la debemos transmitir a quienes más necesitan de ella. Es una sed que nos hace más cercana la vida del cielo", y señaló que "tenemos la esperanza de que nuestros queridos difuntos viven. Por esto rezamos por ellos, ofrecemos oraciones y sobre todo la Misa, para que ya estén junto a Dios".

"Con esta esperanza, los invito ese día a acercarse a los cementerios de sus pueblos y ciudades, para recordar a nuestros seres queridos que ya han partido a la Casa del Padre, rezando por ellos, como un testimonio visible de fe y esperanza en la eternidad; y acompañando a quienes más lo necesitan", concluyó.+

Texto completo de la homilía