Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons. Miñarro a los docentes: "La escuela tiene que ser un lugar feliz"

  • 15 de febrero, 2019
  • La Reja (Buenos Aires)
Organizado por la Junta Regional de Educación Católica (Jurec) de la diócesis de Merlo-Moreno, el 13 de febrero se llevó a cabo en el colegio Sagrada Familia, de la localidad de La Reja, el primer Encuentro Diocesano de Docentes del año. Acompañaron la actividad el obispo, monseñor Fernando Carlos Maletti, y su auxiliar, monseñor Oscar Miñarro.
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Organizado por la Junta Regional de Educación Católica (Jurec) de la diócesis de Merlo-Moreno, el 13 de febrero se llevó a cabo el primer Encuentro Diocesano de Docentes del año, que convocó a los equipos de animación de la vida escolar de la diócesis. Representantes de los niveles Inicial, Primario, Especial, Secundario, Terciario y de las distintas opciones educativas del mundo adulto se encontraron para dar inicio al año pastoral?educativo 2019.

La actividad tuvo lugar en el colegio Sagrada Familia, de la localidad de La Reja, y contó con la presencia del obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti, y su auxiliar, monseñor Oscar Miñarro.

Con un clima muy participativo y de mucha comunión, el encuentro comenzó haciendo memoria de lo vivido en 2018, compartiendo sentimientos y vivencias. Luego, monseñor Oscar Miñarro recordó criterios del Papa Francisco para vivir comunitariamente la buena noticia de Jesús y en salida compartirla a toda la comunidad donde los servicios educativos están insertos.

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Monseñor Miñarro se dirigió a los presentes: "En el año que nos espera, creemos que tenemos que empezar fuertes como equipo de animación. Creemos que tenemos que sostenernos, cuidarnos y caminar juntos", expresó. Además, destacó la necesidad de cultivar condiciones como la hospitalidad y la amabilidad, y recordó la importancia de la oración.

En ese sentido, invitó a "humanizar nuestros espacios para que se potencien muchísimo más". Además, animó a tener en cuenta, en este "caminar juntos", lo que van pensando los estudiantes e integrar a las familias, porque "son con quienes trabajamos en la escuela, no son nuestros enemigos", advirtió.



"Tenemos que animarnos a ser una escuela donde trabajemos todos juntos. La escuela tiene que ser un lugar feliz", afirmó el prelado. Finalmente, animó a conservar en el tiempo los sueños y el fervor de los primeros años de la docencia: "¡Que no nos cambie el amor por Jesús; el amor por los chicos y chicas; el amor y la pasión por educar!".

Enriquecidos con la escucha, se formaron grupos en los que se intentó pensar este año de oportunidades educativas evangelizadoras. Se compartió en un clima de mucho diálogo, participación y debate.
Con propuestas, imaginando como llevar a la práctica lo reflexionado, los presentes participaron de la Eucaristía, presidida por monseñor Fernando Maletti, acompañado de los sacerdotes presentes.

En su homilía, el prelado alentó a las comunidades diciendo: "Nuestra identidad como trabajadores de la Educación, tiene su raíz en un llamado de la vida y su misión en el camino que Dios nos traza cada año para retomarlo con mayor fuerza".

Terminada la celebración, los docentes recibieron la bendición, junto a las comunidades a las que se representaban. Como signo?regalo llevaron un cactus, que simboliza la capacidad de ser fecundos y florecer ahí donde estemos, aún en las dificultades.

Esperando un buen año para todos los docentes y auxiliares que hacen las comunidades educativas junto a los niños, jóvenes y familias que las nutren, los educadores regresaron a sus parroquias con mucha esperanza.+