Mons. Mestre: 'Para poder conocer más al Pastor, es necesario escuchar su voz'
- 19 de abril, 2024
- La Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Ese es nuestro desafío. Escuchar nosotros la voz de Jesús el Buen Pastor", manifestó el arzobispo de La Plata en los tres puntitos por el cuarto domingo de Pascua.
En el cuarto domingo de Pascua, el arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre recordó que “como todos los años, la liturgia de la Iglesia nos hace contemplar a Jesús el Buen Pastor”.
A la luz de la Palabra propuso tres puntos para reflexionar sintetizados en tres expresiones verbales: conocer, escuchar, dar.
Conocer a Dios
En el primer punto, el prelado explicó: “Cuatro veces aparece el verbo conocer en relación con el Padre Dios, Jesús y nosotros. Conocer en Juan está directamente ligado a creer, a tener fe. Y no tiene un sentido primariamente de conocimiento conceptual sino vital: conocer es hacer experiencia de encuentro con. Así de perfecta e íntima es la relación del Padre con el Hijo. Y así es la relación que Dios quiere tener con nosotros”.
“Debemos también nosotros buscar conocer cada día más a Dios a la vez que nos dejamos conocer por Él. Conocer es hacer encuentro vital con Dios, Conocer es buscar crecer cada día más en la fe y la confianza en Dios con una relación íntima y profunda”, puntualizó.
Escuchar la voz del Buen Pastor
“Las ovejas del Buen Pastor oirán su voz. Ese es nuestro desafío. Escuchar nosotros la voz de Jesús el Buen Pastor. Escucharla en la Biblia, su Palabra escrita, escucharla en la liturgia de la Iglesia, en la voz del Papa y de los obispos. Escucharla en la vida de toda la comunidad. Nadie puede pastorear si primero no se dejó pastorear por Jesús el Buen Pastor escuchando su voz”, señaló.
“No podremos ser imagen de Jesús el Buen Pastor si primero no somos sus fieles ovejas. Para poder conocer cada día más al Pastor es necesario escuchar su voz. El verbo escuchar así entendido, nos hace comprender lo propio de la obediencia de la fe. No se trata de obedecer a una norma o doctrina fría y autoritaria, sino de disponer el corazón para que Dios hable y, así, poder escuchar”, agregó.
Dar la vida con libertad y alegría
En el último punto, el arzobispo platense comentó que “al final del texto de hoy (por el domingo) Jesús dice que nadie le quita la vida sino que Él la da por Él mismo. Esto refleja el ejercicio de la libertad total del Señor en su naturaleza humana. No está obligado a hacerlo. Lo hace generosamente y con alegría. Da, entrega, ofrece su vida muriendo en la cruz para salvarnos y darnos así nueva vida”.
“Esto debemos imitar en nuestra entrega cotidiana. Muchas veces nos encontramos con personas que dan su vida pero quejándose, protestando, percibiendo que no les queda otra salida, como si estuvieran obligados... Esa no es la actitud del discípulo del Señor”, enfatizó.
“Tenemos que dar y entregar nuestra vida generosa y alegremente en lo pequeño o grande de cada día. Incluso, en aquellas cosas que no podemos elegir porque se nos imponen en la vida, tenemos que aprender a elegir y hacerlo por amor a Dios y servicio a nuestros hermanos. ¡Que nadie nos quite la vida sino que la demos por nosotros mismos con mucha alegría como nos enseña el Señor!”, finalizó.+