Mons. Martínez sobre el Santo Cura de Ars: "Eucaristizaba su cotidianidad, donándose"
- 6 de agosto, 2021
- Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas presidió la misa en el Seminario que lleva el nombre del santo. Concelebraron los obispos de Oberá y Puerto Iguazú, diócesis que envían sus seminaristas a esa casa de formación.
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, celebró el Día del Párroco, en memoria de san Juan Bautista María Vianney, en la capilla del Seminario Santo Cura de Ars.
La Eucaristía fue concelebrada por el obispo de Oberá, monseñor Damián Bitar, y el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Nicolás Baisi. La misa se transmitió por la radio Tupambaé y las redes sociales de la casa de formación sacerdotal.
En su homilía, monseñor Martínez reflexionó acerca de la figura del santo patrono de los sacerdotes, cuya fiesta se celebra cada 4 de agosto. Destacó que María Vianney vivió en Ars, un pueblo chico de Francia, y que fue santo sin recurrir a nada extraordinario ni extravagante.
En ese sentido, reflexionó que el testimonio del Santo Cura de Ars, no fue de alguien que fuera fundador de alguna congregación, u obrador de grandes milagros, sino de quien, en la cotidianidad y la intensidad de su vida, sobresalían el amor por la eucaristía y la pasión por la gente; dos aspectos indispensables en la vida de un sacerdote.
Del mismo modo, resaltó las virtudes del santo quien, viviendo en su parroquia, ofreció un testimonio personal tratando de reflejar que Dios era lo más importante para él. “Vivió en la oración, la eucaristía, en la pasión por la gente, la escucha, la confesión, el perdón, la caridad con quien más lo necesitaba, los enfermos y tantos otros”, agregó.
En alusión al Evangelio del día, monseñor Martínez también resaltó que el santo trató de tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús. “La eucaristía en su internalización implica para el sacerdote darse, no ensimismarse, sino por el contrario ser puente y donación entre Dios y la gente. Ahí donde el sacerdote empieza a buscarse meramente a sí mismo, es donde empieza a fracasar. Lo nuestro es la donación, es darnos”, precisó.
“Con la eucaristía, eucaristizaba su cotidianidad, donándose. Y en el amor donado, la gente incluso no creyente, lo reconocía como un hombre de Dios”, destacó.
“En la eucaristía está la clave de la pasión por el pueblo, por la gente”, agregó.
Al finalizar, el obispo de Posadas pidió a Dios que bendiga al Seminario Santo Cura de Ars, con más vocaciones sacerdotales, y expresó también su gratitud al pueblo de Dios “que tanto reza, ayuda y quiere a nuestro Seminario”.+