Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Lozano: 'Una Madre que nos cuida'

  • 7 de mayo, 2023
  • San Juan (AICA)
"Con María tuve la experiencia de su ternura en el camino", reveló el arzobispo de San Juan de Cuyo, al destacar lo que significa para los argentinos peregrinar a la Virgen Luján.
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Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), describió cómo es la experiencia de fe de los argentinos puesta en práctica en cada peregrinación al santuario de la Virgen de Luján. 

“Cuando era joven, iba caminando en la peregrinación juvenil al santuario de Nuestra Señora de Luján. Una experiencia muy fuerte de fe, de compartir el camino, la noche, el cansancio, las lágrimas. En esas ocasiones, he caminado junto a con jóvenes y adultos que llevan pesadas cargas y angustias profundas”, describió, y destacó: “En todos habita la certeza de ir al encuentro de una Madre que nos ama y cuida de cada uno”. 

El arzobispo sanjuanino recordó “historias de enfermedades, traiciones, desocupación, soledad”, y reconoció que él también acudió a la Virgen en “momentos de oscuridad y prueba”. 

También explicó lo que significa “aminar y rezar masticando contradicción, puesta con confianza en las manos de la Virgen”, y que entonces surge la plegaria: “Madre, vos me conocés, vos sabés lo que hay en mi corazón… no me dejes aflojar…”

“A su casa vamos a pedir y a dar gracias”, puntualizó en su reflexión semanal.

Monseñor Lozano insistió en destacar que con María tuvo “la experiencia de su ternura en el camino”, y profundizó en su reflexión: “Ella, la que sabe curar las heridas. Mujer que fue atravesada por la espada del dolor y que en su corazón hace lugar a ‘la vida como viene’. Siempre nos abraza con cariño y comprensión infinita. No tenemos nada que explicar ni justificar, ella ya sabe”.

“Fui hilvanando estos recuerdos ante la cercanía de la solemnidad de Nuestra Señora de Luján mañana, 8 de mayo. El milagro de la carreta que no se pudo mover hasta que bajaron su pequeña imagen es el comienzo de una larga historia, que nos muestra que sigue queriendo reunirnos como familia de los hijos de Dios”, recordó, y añadió: “Es una presencia permanente en la Iglesia para llevarnos a Jesús”.

“Acercarnos a María es compartir la vida con quienes nos reconocemos de su familia. Mirando a los hombres y mujeres que peregrinan a su Santuario, surge también una misión: para ayudar a la Virgen tenemos que atender la mesa de los pobres, visitar a sus hijos enfermos, acompañar a quienes sufren soledad y abandono”, concluyó.+