Martes 8 de octubre de 2024

Mons. García Cuerva, a la UCA: 'No nos olvidemos de nuestra responsabilidad social'

  • 5 de abril, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
En su mensaje con motivo del inicio del ciclo lectivo, el arzobispo porteño hizo un fuerte llamado a "alimentar a la sociedad con el amor de Dios" para hacer "una patria de hermanos".
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El arzobispo de Buenos Aires y gran canciller de la Universidad Católica Argentina (UCA), monseñor Jorge García Cuerva, presidió este 4 de abril una misa en la iglesia del Corazón de Jesús en el campus de Puerto Madero.

En la Eucarístía con motivo del inicio del ciclo lectivo 2024 en la casa de altos estudios, el prelado llamó a alimentar y acompañar a la sociedad “con ese amor de Dios que se expresa en la solidaridad, en la generosidad, en la tolerancia, en la fraternidad”.

Refiriéndose al pasaje evangélico, en el que Jesús resucitado se encuentra con sus discípulos y les pide “algo para comer", el arzobispo señaló que, en realidad, “los que hoy se quedan con el corazón lleno son los discípulos. Él es el que va alimentando a los discípulos”. 

“Lo primero que hace es regalarles la paz”, explicó al respecto, e indica que se trata de “una paz cristiana, que tiene que ver con el bienestar”. “Les desea que estén realmente en un vínculo y en paz con Dios, entre ellos y con la realidad”.

En segundo lugar, el primado de la Argentina comentó el “enorme regalo” que reciben cuando Jesús les muestra sus manos y su costado: “Mostrarles las manos y el costado es decirles ‘Miren el precio que pagué por ustedes, los amo tanto que aquí están las pruebas, entregué todo, los amo de verdad, miren, miren el precio, la cruz, miren el precio, el dolor, pero ya está, lo que ahora quiero que alimente sus vidas es la certeza de que los amo con infinita misericordia’”. 

El tercer alimento al que hace referencia el arzobispo porteño fue la alegría: “Una alegría que no se sustenta en el estado anímico de cada uno de ellos, ni tampoco tiene como fuente la realidad social, política, económica, sino que se sustenta en que Jesús está vivo y que venció con su muerte a la muerte para siempre”. 

“Por eso creo que hoy son ellos los que reciben los mejores alimentos: la paz, la misericordia y la alegría”, consideró y añade: “Nuestra sociedad, nuestro pueblo también tiene hambre. Y cada uno de nosotros tiene una responsabilidad social”. 

“¿Qué pasa que la mayoría de nuestra clase dirigente, política, empresarial, religiosa ha salido de colegios católicos o de universidades católicas?, ¿dónde quedó lo que aprendimos?, ¿dónde quedaron nuestros valores?, ¿qué nos pasó?”, planteó.

“Nunca un miembro de la clase dirigente sale de un repollo y muchos han salido de nuestras instituciones, donde hemos tratado de inculcar valores, donde hemos hablado de Jesús, donde hemos tratado de formar en el Evangelio”, añadió. 

“Así como Jesús, nuestro pueblo, nuestra sociedad argentina también nos pregunta ‘¿Tienen algo para comer?’, y cada uno de nosotros, formados en esta universidad, tendremos que decir: ‘Sí, tengo para poder alimentar a mi pueblo con valores del Evangelio, quiero acompañar y alimentar a mi pueblo con la paz, que es el bienestar. Una paz que va de la mano de la justicia”, exhortó monseñor García Cuerva.

Y prosiguió: “Quiero alimentar y acompañar a la sociedad y a mis hermanos conciudadanos también con el amor de Dios, con ese amor de Dios que se expresa en la solidaridad, en la generosidad, en la tolerancia, en la fraternidad. Nuestro pueblo tiene hambre también de fraternidad y amor”. 

Por eso, exhortó a dejar “de una vez por todas de tratarnos de manera horrible y cruel, diciendo cualquier cosa de todo el mundo y poniendo por encima del Evangelio ideologías que me hacen mirar la realidad desde un prisma chiquitito y me hacen sentir dueño de la verdad, con lo cual lo único que alimento es la intolerancia”. 

“Nuestra sociedad tiene hambre de alegría, pero no de una alegría que dependa de la política económica de turno o que dependa de mi estado anímico. Una alegría que tiene como fuente a Jesús resucitado”, animó. 

El prelado concluyó con una invitación a que profesores, trabajadores, administrativos, empleados y estudiantes “nos carguemos de Evangelio”, es decir, "Nos carguemos de la paz de Jesús, de la misericordia de Dios y de la alegría del resucitado. No podemos olvidarnos de nuestra responsabilidad social”.

Con memoria agradecida con todo lo recibido en la universidad, invitó “a que nos preparemos porque hay valores que tenemos que compartir y hay una sociedad nueva de la que tenemos responsabilidad de construir entre todos. Con paz, que es bienestar, con alegría y con misericordia entre nosotros para hacer una patria de hermanos”.+