Jueves 6 de marzo de 2025

Mons. García Cuerva detalla las prácticas cuaresmales para caminar en la esperanza

  • 6 de marzo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo presidió la misa de Ceniza en la catedral porteña, donde animó a darse por completo a los demás, a ayunar de palabras hirientes y a rezar por las personas que "más nos cuestan".
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El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva presidió, el Miércoles de Ceniza, la misa del inicio de la Cuaresma ante la feligresía presente en la catedral metropolitana, donde reflexionó sobre este tiempo de preparación para la Pascua.

"Comenzamos este recorrido de 40 días hacia la Pascua. Y entonces, si pensamos la Cuaresma como un camino, tenemos que pensar que hay un lugar desde el que salimos, una bandera de largada, y que también hay una meta", planteó.

"Creo que la segunda lectura nos puede marcar cuál es la bandera de largada, cuál es el incentivo por el que tenemos que comenzar a caminar", agregó, citando: "Les suplicamos en nombre de Cristo, déjense reconciliar con Dios". 

"Ese es el motivo por el cual comenzamos a caminar en esta Cuaresma. Queremos reconciliarnos con Dios", aseguró.

"Nos menciona el Evangelio de san Mateo la limosna, como una de las prácticas. Y uno enseguida piensa: 'Bueno, en la Cuaresma, entonces, tengo que dar más dinero'. Y puede ser, por supuesto, porque también el Evangelio tiene que llegar al bolsillo. Pero también tenemos que pensar que, junto con el tema del dinero, también hay que pensar otras cuestiones", puntualizó.

Monseñor García Cuerva afirmó, en ese sentido, que dar de nuestro tiempo es otro aporte que se puede hacer aparte del dinero", y precisó: "Acompañar quizá a alguien que nos necesita. Acompañar a alguien que quizá está solo".

"Puedo darle un poco de mi tiempo, respecto del que a veces soy muy celoso y me lo guardo para mí. También puedo pensar en dar un poco de alegría a alguien que está triste. También puedo pensar en dar una palabra de aliento a alguien que está desesperanzado", propuso.

Como segunda práctica en este período, el prelado recordó el ayuno, y reflexionó: "Uno enseguida piensa que cuando hay que ayunar, hay que pensar enseguida en dejar de comer. Y puede ser que uno pueda también privarse de algunas cosas para ser más generoso y solidario con los más pobres".

"Pero no solamente es un tema de comida el ayuno. También es bueno ayunar de comentarios que lastiman, también es bueno ayunar de palabras que destrozan a los demás. Ayunar también de mentiras, ayunar también de celos", graficó, y profundizó: "Privarnos realmente de algo que sabemos que le hace daño a los demás. De hecho, a veces estamos muy pendientes de dejar de comer carne, pero después nos devoramos entre nosotros. Nos devoramos como hermanos".

La tercera y última clave que mencionó el arzobispo, tomando como referencia el Evangelio del día, fue la oración, y exclamó: "Qué bueno que, en este tiempo cuaresmal, no solamente recemos -y cada uno lo hace a su manera y está muy bien-, sino que también nos animemos, por qué no, a rezar por las personas que más nos cuestan. A rezar por aquellas personas que quizá nos han hecho daño".

"Es un modo de amar a los enemigos: rezar por ellos. No es fácil, pero qué bueno que se nos dé un corazón bueno a cada uno de nosotros. Que en lugar de desear el mal o de vengarse, estar pidiendo a Dios que bendiga a las personas que nos han hecho daño, como lo hizo Jesús desde la cruz. Esos son los tres bastones con los que podemos apoyar hoy este camino cuaresmal a lo largo de los 40 días", sintetizó.

"Dios, a lo largo de estos días de Cuaresma, nos irá animando a no aflojar. Nos irá animando a darnos por completo a los demás. Nos irá animando a ayunar de palabras hirientes. Nos irá animando a rezar por las personas que más nos cuestan. Porque Él no nos deja tirados, Él no nos abandona, como no abandonó al pueblo de Israel en el camino del desierto. Que Dios nos bendiga y que podamos empezar hoy la práctica cuaresmal con estas ideas de caminar juntos y caminar en la esperanza", concluyó el arquidiocesano.+