Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Buenanueva: Estamos invitados a experimentar la alegría y el dolor de Dios

  • 30 de marzo, 2022
  • San Francisco (Córdoba) (AICA)
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió con los fieles sus reflexiones sobre el Evangelio en el periódico "La Voz de San Justo".
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Con el título “La alegría de Dios”, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, reflexionó sobre el Evangelio que narra la parábola del “hijo pródigo”.

El prelado comenzó citando el final del pasaje del Evangelio de Lucas: “Pero el padre le dijo: «Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.»”

“Cuando Jesús quiere ir a fondo cuenta una parábola. Así nos habla de Dios, su Padre, y nos revela sus sentimientos. Un padre que espera, que ve desde lejos y se conmueve por el hijo que regresa golpeado por la vida. Y que, al recuperarlo, hace fiesta. Es la imagen de Dios que Jesús quiere que asimilemos”.  

“Dios sabe de alegrías, y de una de las más puras: las de un papá o una mamá que recupera al hijo perdido. Pero, por lo mismo, Dios sabe -de una manera misteriosa- de dolores, angustias y pesares. El dolor de una madre por su hijo desaparecido. La angustia de un papá que no sabe cómo arrancar a su hijo o hija de las garras de la adicción. El pesar de los papás que saben de su hijo en una guerra, a merced de las balas que dispara el odio. Triste realidad de nuestros días”.

“Este cuarto domingo de Cuaresma, invitados a experimentar la alegría de Dios, sintámonos también desafiados a hacer nuestros los sentimientos que estrujan el corazón de tantos padres y madres atravesados por el dolor de sus hijos perdidos. Es también el dolor de Dios. Solo si los hacemos nuestros podremos asimilar la alegría de Dios”.

Finalmente, expesó: “Padre: sabemos de tus alegrías. Jesús nos lo ha contado. Pero también de tus dolores: ver sufrir a tus hijos e hijas. Danos tu Espíritu para ser como vos: un padre que espera, cura, consuela y hace fiesta. Amén.”+