Martes 19 de marzo de 2024

Mons. Buenanueva envió una carta "desde el corazón de la fe"

  • 16 de septiembre, 2021
  • San Francisco (Córdoba) (AICA)
En su tercera carta a los fieles en preparación a la alianza con la Virgen, Mons. Buenanueva se centró en "cómo preparar la entrega confiada a María".
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El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, se dirigió a los fieles con una tercera carta pastoral en preparación a la alianza con la Virgen María. En esta oportunidad, desarrolló algunas sugerencias sobre cómo preparar una entrega confiada.

Luego de haber acercado a los fieles la propuesta de renovar la relación personal con María, en esta nueva entrega el prelado acompaña la preparación para ese momento. Para empezar, recordó que "María es una persona viva con la que se puede tener una relación personal. Con ella podemos tener un trato de persona a persona. Nos habla y podemos hablarle. Es decir: podemos entablar con ella una relación de amistad madre-hijo. Pensalo bien, es muy importante", señaló.

Seguidamente, diferenció tres tiempos en la preparación: reconocimiento, entrega y vivencia.

1. Reconocimiento. "Desde el Bautismo, los cristianos estamos vinculados a María. Hay que caer en la cuenta de que este don ya enriquece nuestra vida de fe. ¿Cómo hacerlo? Esta preparación es doble: doctrinal, pues tengo que conocer lo que nos enseña la Iglesia sobre el puesto de María en la vida del bautizado; y espiritual: preparar mi corazón para este acto de alianza y entrega mutua", detalló.

Para ello, sugirió la meditación de cuatro misterios marianos, con sus respectivos textos evangélicos: a) La Anunciación: Lc 1,26-38; b) Las bodas de Caná: Jn 2,1-11; c) María al pie de la cruz confiada como madre: Jn 19,25-27; y d) María en oración con los apóstoles: Hch 1,12-14. Recomendó también los números 266-272 del documento de Aparecida.

Y para ayudar, agregó unas sugerencias más concretas: Un día de retiro para escuchar la Palabra de Dios y dejarnos guiar por el Espíritu. Un momento de oración con María. Si conocés a otras personas que estén también preparando su consagración a María, pueden hacer el retiro juntos. En el retiro podrías renovar las promesas bautismales. Para decir a Dios: “Amén, creo”, es necesario antes renunciar al pecado, purificando el corazón y la mente.

Además, aconsejó tratar de hacer una confesión general para recibir la gracia del perdón; el rechazo del pecado y el deseo ferviente de vivir la amistad con Dios nos asemejan a María. "En lo posible, preparate para la celebración diocesana del 13 de octubre participando de la Santa Misa los días previos, rezando el Rosario, también Laudes o Vísperas".

2. Entrega. "La entrega confiada a María suele expresarse en una oración escrita. Así lo haré el 13 de octubre. De hecho, existen muchas oraciones muy hermosas que expresan esta alianza con María. Ya te hablé de la que uso yo: 'Bendita sea tu pureza…'. Te ofrezco otra, muy hermosa: '¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén'".

"Si ya estás consagrado a María, te impusieron el escapulario, la Medalla milagrosa, u otros signos marianos, podés retomarlos con naturalidad. Si no, con el modelo de estas oraciones y dejándote llevar por el Espíritu, podés escribir tu propia fórmula de entrega", explicó.

Y añadió otro consejo: "También sería oportuno que pensaras en algún signo visible que te ayudara a expresar tu alianza con María. Puede ser: una medalla, una estampa, un cuadro, una imagen (María auxiliadora, la Virgencita u otra advocación) colocados en algún lugar de la casa (el altarcito doméstico, por ejemplo)".

3. Vivencia. "Si la finalidad de la entrega confiada a María es la renovación de la gracia del Bautismo y la Confirmación, la entrega a María tiene lugar en nuestra vida de cada día. Se trata, por tanto, de encarar la vida 'como lo hizo María', viviendo, en obediencia a la Palabra de Dios, las virtudes cristianas que ella vivió de modo perfecto: la fe, el servicio, el espíritu misionero, la oración, la humildad, la solidaridad", expuso.

"¿Te das cuenta de que la entrega confiada a María es algo muy serio, mucho más que un acto aislado de devoción o un momento puramente emotivo?", planteó. "Se trata de una alianza que se vive como una opción de vida: vivir como María. Esto hay que meditarlo mucho y muy bien".

En ese sentido, agregó dos sugerencias:

1) Una Regla de vida, es decir: poné por escrito lo que has ido descubriendo como llamado de Dios a vivir en alianza con María. ¿Qué compromisos concretos supone mi alianza con María? Por favor, en esto sé breve: una cita bíblica, algún propósito de vida, algún compromiso de oración o servicio. Nada más. Se trata de ir a lo esencial.

2) Pensá en renovar, cada año y para una fecha precisa, esta entrega confiada. Podés elegir alguna fiesta de la Virgen más importante o significativa para vos.

Por último, advirtió: "Tal vez, al ir meditando lo que significa la entrega confiada a María, cómo se prepara y los compromisos que supone, sientas que no ha llegado el tiempo de hacerla. ¡No te desanimes! Dios va trabajando el corazón. Él te hará ver el momento justo. Si, al leer esta propuesta, experimentaste consuelo, paz y alegría, no dejés caer en el olvido esta gracia. Ya llegará el momento. ¡Todo a su tiempo, cuando la gracia y tu libertad lleguen a su punto justo!", alentó.

Al finalizar la carta, el prelado reconoció: "Me he sentido consolado al escribirte. Pienso que te he comunicado cosas importantes para mi vida de fe, con la convicción de que pueden serlo también para vos. Solo me queda asegurarte que, si has podido sentir algún impulso del Espíritu en lo que he escrito, vos y yo -y tal vez, muchos más- estamos en una profunda comunión de vida, de fe y de amor. Nos une la Virgen", aseguró.

“Virgencita de Fátima: cuidá en nosotros la alegría del Evangelio. Amén”, concluyó.+